12 mar 2018

DE CUESTIONES DE DISTRIBUCIÓN ALIMENTARIA CON JAVIER QUILES; CONSUM




Pasó a tomar café por el Meliá Benidorm el director de Relaciones Externas de CONSUM, Javier Quiles, abogado, llauriner del 64. La gran distribución, las cuestiones de alimentación, tampoco había sido tratada con intensidad en “Los cafés del Meliá” y teníamos interés por los detalles.

Alumno aventajado en La Salle (Paterna) y en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia, quiso ser notario y, al final -en 1988; el 13 de septiembre de 1988-, se decantó por la Cooperativa de Consumo Popular, CONSUM. Ya había declinado una oferta en la cátedra de Derecho Financiero por preparar la dura oposición de Notarías; pero Francisco Pons y Luis Calero le animaron a dar el paso cuando CONSUM comenzaba a despegar. Ilusionante aventura.
Con Javier Quiles mantuvimos una tertulia distendida y amigable. Recordó emocionado el esfuerzo de sus padres para “dar carrera” a sus cuatro hijos, se mostró orgulloso de su familia y de los logros de sus hijos (economista y biotecnólogo) y recordó en la tertulia su primer encargo profesional: “un contrato de maquila de jamones”. “¿Y qué era eso de la ‘maquila’[1]?”, se preguntó él entonces, y nos preguntamos los tertulianos. Nos lo contó. En resumidas cuentas: comprar jamones en crudo que después iban al secadero. Pero tuvo que averiguar qué era eso de la maquila. “Un abogado no lo puede saber todo, pero el que contrata a un abogado parte del supuesto de que el abogado lo sabe todo”.

Nos comentó aspectos del proceso de crecimiento de CONSUM desde el 88 a hoy, incidiendo en detalles como la adquisición de Perecederos Benidorm (EcoBen) y otras batallitas. Supimos pormenores de aquella operación iniciada en el 90 que les llevó a unirse a EROSKI para hacer un grupo empresarial “donde CONSUM sólo representaba el 12%; pero lideró el proceso” que se truncó en enero de 2004 “por la diferente forma de entender la gestión”. Esa alianza, nos dijo, “permitió que en 92 sumáramos la cadena JOBAC que era más grande que CONSUM”. Hoy CONSUM cuenta con más de 700 supermercados (500 propios y unos 250 de Chárter) y suma algo más de 14.000 trabajadores, de los que el 95% son cooperativistas. CONSUM es una cooperativa que “va creciendo poco a poco, como balsa de aceite” y que sólo ha habido una apertura fallida en todo este tiempo.

Momento crítico fue, explicó, aquella ruptura con el grupo vasco: “nos quedamos sin central de compras, sin marca propia -Consumer-, sin revista, sin departamento de marketing y sin tarjetas de compras y fidelización”, pero salieron adelante y ya en 2008 había duplicado las facturaciones del momento de la ruptura y habían sumado los activos de Caprabo y Dinosol. La clave está, dijo, en que “gestionamos como una mercantil y repartimos como una cooperativa”.
Tertulianos, con Javier Quiles, en Tertulia. (Fotos: Mario Ayús)


Hoy CONSUM es el séptimo operador nacional y segundo en la Comunidad Valenciana, donde tiene su sede el líder nacional que está a años luz del líder mundial, Walmart que factura 470.000 millones de euros y ya toca todos los palos de la distribución, “un segmento donde ya compite Amazon”.

Venía Quiles de ser ponente en Forinvest, el mayor espacio de networking financiero-empresarial del país. Y atendiendo a los temas destacados en los Medios nos interesamos por los SDDR (Sistema de Depósito, Devolución y Reciclado en envases; vamos, la recogida de envases) y el impuesto a las bebidas azucaradas. “La extraterritorialidad es clave”, resumió en cuanto a la medida que plantea el Ejecutivo valenciano que se empeña en ponerla en marcha (“10 céntimos por envase”, máquinas de 18.000 euros y espacio operativo). Y en la misma clave trató el tema de impuesto a las bebidas azucaradas señalando que otros territorios “crearon la tasa, aunque no su entrada en vigor”. Señaló que “en 2025 hay ya un compromiso de reducir los excesos de azúcares” y que “es el mercado, el consumidor, el que se va decantando por los productos 0”.

Hablamos de referencias en lineales… Y disfrutamos de una ensalada de términos nuevos para nosotros: cesta básica, masa crítica, cuota de bolsillo, sacrificar márgenes, maduración (de un supermercado), segmentación, perfil de cliente, última milla, mystery shopper, pérdida desconocida, tienda de conveniencia…  isócronas… ¡Por fin un término conocido!: isócronas. Una vez en la Facultad, en AGR, tuvimos una cuestión de isócronas, determinado áreas de influencia distancia-tiempo. Una gozada aprender de Javier Quiles.
Por la inmediatez del 8M hablamos de la mujer trabajadora: “73% de nuestro personal es mujer” y que “hay igualdad entre puesto de trabajo y remuneración salarial, aunque aquí entran cuestiones de antigüedad”. Señaló que “el 65% de los directores de supermercados son mujeres” y que “en 2017, de cada tres promociones de ascenso, dos han sido mujeres”.

Hay mucho futuro en la distribución alimentaria en este país” -en Benidorm acaban de abrir dos nuevos supermercados- y que ahora están en un “plan estratégico digital” adaptándose al futuro. Les va bien y están orgullosos de “sacrificar beneficios productivos a cambio de generar empleo”.

Entramos en pormenores de la gestión, en ofrecer “un 87% de marcas de fabricante”, de precios competitivos, de calidad y de servicio, de la logística de la alimentación, de márgenes comerciales, de referencias en el lineal… ¡de todo! Pero, como siempre, lo que se cuenta en la tertulia “Los cafés del Meliá” se queda entre los posos del café.





[1] Un contrato que plantea como objetivo de compromiso que la empresa maquiladora utilice su capacidad y procesos para la prestación de un servicio intangible o productos tangibles, me explica el letrado tertuliano de cabecera.

6 mar 2018

DE UNA VOCACIÓN DE SERVICIO




Tras una década de tertulias, a una media de 40 tertulias anuales, creíamos haber tocado todos los palos de flamenco. Y no. Por eso pasó a tomar café con nosotros Santiago de la Heras por el Meliá Benidorm.

Este abogado madrileño -que quiso ser juez- bien pronto optó por funcionario de Instituciones Penitenciarias y, hoy por hoy, es el director de Alicante I; Fontcalent.

Me explico a mí mismo, para comenzar el Post, que la prisión, la cárcel, es un elemento más del Sistema de Justicia cuyo objetivo sería proteger a la sociedad de algunos de sus elementos, disuadir de que se realicen hechos delictivos y también reeducar al detenido. No sé; son conceptos básicos que me hago a la hora de escribir. Hoy es más complicado. Santiago vino y, como muchos de los invitados a la tertulia “Los cafés del Meliá” abrió su corazón y su alma contándonos cosas. Con los policías, jueces y fiscales que por la tertulia han pasado lo he tenido más fácil.

Durante la carrera tuve un compañero que era funcionario en Fontcalent y esperaba que la licenciatura le abriera puertas en el escalafón. Miro la orla y no lo veo. Era un tipo genial; aunque al principio hablaba poco. Y costó que nos dijera en qué trabajaba; no siempre acudía a clase. En el club social, alguna vez me habló de ello. Escuchando a Santiago le veía a él; debe ser cosa de la institución. Le pregunté en su día al compañero si había estado cuando el motín (noviembre de 1990); y no, se había incorporado un par de años después. Yo lo viví desde la barrera de los informadores.

Santiago de las Heras tampoco estuvo en el motín. Y se parece mucho, como dije, a mi compañero de Geografía. En cuanto lo tratas, destaca su bonhomía, entrega al trabajo y amor a la profesión.

Sí, De las Heras reconoció un mundo antes y después en el tema de las prisiones en España. Recordó que comenzó en la de jóvenes de Madrid, pasó luego a Carabanchel “que se decía que se iba a cerrar y tardó aún un tiempo” (cerró en el 98). Para ilustrar ese periodo de Instituciones Penitenciarias nos dice que “Celda 211 es un referente de aquellas prisiones; hoy ha cambiado todo”. Recalca que “Las prisiones no han dejado de cambiar, para mejor, desde que ingresé”.

Y él lo sabe bien. Estamos ante quien fue el más joven de los jefes de servicio, de la Inspección Penitenciara y de los directores de prisión de la Institución. Ha recorrido varios centros. Conoció y sufrió el poder de ETA –“lo pasé mal tres años: te recordaban varias veces a diario que te podían matar, o a alguno de los tuyos”-, la situación de las plantillas –“el miedo lo corrompe todo”-, el compañerismo y la camaradería –“ha habido incidentes serios; pero hay presos que cuidan de ti”-, el código ético y los cambios en la sociedad española: “antes, había otra forma de vivir y mucha menos suerte; antes había más gente víctima de la sociedad”.

Nos abrió las puertas, directamente, del centro penitenciario; nos invitó a visitarlo como lo hacen delegaciones internacionales –“israelíes y norteamericanos se asombran de cómo funcionan y del respeto en nuestras instalaciones”- o alumnos de las universidades (Derecho, Criminología; “hasta de la Universidad de Texas”). No descartamos desde la tertulia “Los cafés de Meliá” la visita, porque…. ‘a la cárcel y al cementerio, ir; no que te lleven’, que precisó Mario Ayús.
Tertulianos en tertulia. (Fotos M. Ayús) 


Nos contó que de puertas adentro funciona “la solidaridad” y que el peor delito entre la población reclusa es “la falta de respeto”; que la apertura del centro de Villena (Alicante-II) mejoró mucho la situación; que “Alicante es un centro muy tranquilo ahora mismo” y que, en general, las prisiones son “centros asistenciales más que de reclusión”.

Y entramos en materia. Coincidimos, aunque él sabe más porque lo vive, que “estar privado de libertad es un duro castigo”. Nosotros nos lo imaginamos; él conoce el ruido de la reja. Es cierto, nos reconoció, “que dentro lo tienen todo, pero no la libertad; están castigados”.

Supimos del funcionamiento, de los horarios, de los jueves de Administración penitenciaria “que velan por los derechos de los reclusos”, de los ‘Módulos de Respeto’, de los “contratos terapéuticos”… Quisimos saber si las cadenas largas tienen efectos perversos y nos explicó que “se pierde la capacidad de vivir en libertad y hasta autonomía”. Ahí entramos en detalles…

Le noté que hacía muy suyo el lema ‘Odia el delito y compadece al delincuente’: “descubres que hay de todo; pero en general son personas y muy dignas”.

Y con Concepción Arenal en el tema, está el otro, que también se le atribuye, de ‘abrid escuelas y se cerrarán las cárceles’. Entonces le preguntamos, a las claras, si la cárcel servía para algo. Nos respondió más a las claras: “es como dejar de fumar; dejas de fumar tú. Te reinsertas tú”.

Ni una palabra más. Al salir te espera el medio en que tradicionalmente te has movido. “El objetivo es que esa estancia se un tiempo útil”.

Nos expuso la diferencia entre conducta y actitud, terminando por reconocer, y no como fallo del sistema, que “hay personas que no son reinsertables; para un psicópata no hay reinserción posible”. Recordó algunos ejemplos de “magníficos presos, pero malos ciudadanos”.

Hablamos de todo. “En prisión no hay bandas, o son muy efímeras, porque se las disgrega”; “el 25% de la población reclusa es extranjera”; “los transgénero eligen módulo: hombres o mujeres”; “la Administración es responsable de la población reclusa; tienen ciertos privilegios, pero están privados de libertad, aunque todas las necesidades están cubiertas por la Administración”.

Hablamos de la comida, la asistencia religiosa, de la figura del Indulto –“reducción de condena por la vía del Indulto”, nos matizó-, de la hepatitis C, de la heroína, de las celdas, de la siesta… de todo.

Pero como siempre, lo que de verdad pasa en ‘Los cafés del Meliá” queda entre los posos del café.

Con Santiago de las Heras descubrimos al hombre, a la persona y al funcionario de prisiones. Y creíamos que ‘lo habíamos visto todo’…