18 sept 2017

DE LA TASA TURÍSTICA ESA... (09.2017) [y II]




Y ya es mañana; como decíamos ayer…

Y aunque usted no se lo crea resulta que todo lo que llevamos de 2017 ha sido el año del debate de la tasa turística.

Sí, se ha visto el plumero al tema cuando la turismofobia, pero ha habido mucho candombe. Hasta en Andalucía, oiga. Los alcaldes, desde que en abril salió lo del CERFEL, no han parado de cuchichear. Por ejemplo: los alcaldes de Córdoba y Sevilla estarían dispuestos a contemplarla, mientras el de Málaga dijo que nones. Las tres son turísticas, pero… el algodón no engaña; saquémoslo.

Ayer le leí al profesor Amillo, al amigo Paco Amillo, una dosis de sensatez en mi FB con el tema que explica -a mi entender- por qué Sevilla y Córdoba se lo iban a pensar, y Málaga no. Decía Amillo (y le fusilo el comentario)[1] que “Hablamos de turismo, como si sólo hubiese uno, pero hay diferentes modalidades. El turismo en Italia y en Barcelona o Toledo tiene la característica de presentar elementos patrimoniales únicos (sólo hay una Sagrada Familia de Gaudí, por ejemplo) que le garantizan visitas. La tasa turística les perjudica poco porque nadie que esté interesado por estos temas dejará de ver el Coliseo o la casa del Greco aunque le cueste 1 euro más la noche. En cambio en el turismo de sol y playa el destino final del visitante es perfectamente sustituible y lo hemos visto con la inestabilidad del norte África (que nos ha beneficiado, de momento). En este caso creo que la tasa turística sí es perjudicial y por eso opino que no debería implantarse en nuestra Comunidad Valenciana. Pero bueno, expertos tiene la sacrosanta Conselleria...”. Sólo en el último comentario discrepo: expertos, lo que se dice expertos… depende en qué tipo de turismo. Buenos, muy buenos, los hay en comercialización, diseño e inteligencia turística y todo eso. Pero en turismo de Sol y Playa… Uhmmm y pongo mis barbas en remojo.

Antes de entrar en faena me gustaría reseñar que hay muchas voces autorizadas reclamando algo tan coherente como una reducción del IVA en Turismo al 8%. Eso sería más eficaz que todo lo que venga de impuestos de esta guisa y no afectaría a nuestra competitividad. Aquí ya todo se centra en la Comunitat Valenciana.

En “Las claves del Turismo en la Comunitat Valenciana” (Tirant Humanidades 2017, pp 33-45) J.L. Gascó (et al.) ya dejan claro que estos impuestos, como dijo Amillo y estoy diciendo yo, además de ser una figura tributaria consolidada se asocia a determinadas ciudades con atractivos únicos; no con productos. Y el Sol y Playa es un producto, no un atractivo.

La equidad del impuesto -y mucho ojo a esto- nace deteriorada; queda fuera lo que no esté reglado y en el caso del alojamiento es mucho. En realidad, competitivamente favorece a la oferta irregular (por no llamar ilegal). Además, no tiene en cuenta los factores que determina la capacidad de atracción del destino y en el caso del producto Sol y Playa impacta en la vulnerabilidad de los precios y condiciona la estrategia empresarial.

Ya, con esto, para Sol y Playa no hay más que hablar; aquí o en Sebastopol (también con sol y playa en cuanto te alejas de la roca y la Flota del Mar Negro).

Y a todo esto no he mentado a los TTOO y a las políticas de ventas previas con ellos. Ni siquiera que podemos estar a horas vistas del despertar de algunos competidores mediterráneos que pelearán en precio y que estamos hasta las narices de leer que la Comunitat Valenciana crece más en turistas que en facturación. Pues con esas, otro ladrillo en el muro, una ramita entre los radios de la rueda de la bicicleta: el impuesto turístico.  

Y hay que hablar de los turistas del IMSERSO, que no la pagarían; y ya estamos hablando de casi 130.000 que se libran en el caso de Benidorm. Y hay algún que otro destino en estas tierras levantinas.

Hasta donde llego, la Consellería de Hacienda tiene un estudio (Aproximación al Impacto Fiscal de la Tasa Turística; diciembre 2016) que trabaja con los 9’9 millones de alojados en hoteles ese año, con los 42’9 millones de pernoctaciones, con la estancia media de 5 días, con los que vinieron con TT.OO. y que un 30% eran menores de edad o jubilados, con los factores de temporada y a 1 € de tasa le salían 30 millones de recaudación… aunque ayer domingo leí que podían llegar a los 48 millones de €, lo que celebré con el culín que quedaba de Dylan de Penderyn (urge una escapada a Cardiff a reponer elixir)… ¡Ja!

Y sí, la tasa es discriminatoria e injusta, solo es recaudatoria, presenta dificultades de aplicación el primer año (TTOO y otras zarandajas), va contra la cuenta de resultados de la empresa, no sirve para aplicar al producto Sol y Playa, nos pone en riesgo en un inestable mercado como es este y no vale decir que nos resuelve problemas de masificación porque aquí no los tenemos.

Mejor sería dedicar el esfuerzo a otras cuestiones del sector (arreglar la casa por dentro) y no confundir El Micalet con el Gran Hotel Bali (por ejemplo): a los dos se sube, pero por distinto motivo.







[1] Paco: te me adelantaste y he tenido que rehacer el Post, que ya estaba escrito cuando publiqué la entrega de ayer.

17 sept 2017

DELA TASA TURÍSTICA ESA... (09.2017) [I]


En 1994 París la aplicó. En 1995 el Foro del Turismo de Benidorm la analizaba: "¿Es viable y conveniente la aplicación de una tasa turística?" Aquí salió que no; que una cosa eran los destinos urbanos y otros los destinos de playa. Los expertos blandieron sus opiniones y resultó que "Jurídicamente es posible; políticamente...". Y ahí quedó la cosa.


Poco antes, en 1989, la muy poco conocida Universidad de Bath (UK) había planteado la cuestión de la sostenibilidad y la UE se había convencido de que había que reducir las emisiones de CO2 y crear empleo y, ¡qué mejor aliado para ello que la ecotasa! Por eses años ya todos jugaban a ser más verdes que el de al lado y los de Bath habían pontificado que las ecotasas generarías casi 200.000 empleos en Europa si se aplicaban al turismo.


Gabriel Cañellas, president de Govern balear por el PP en 1989 les hizo caso y fue el primero en plantear la fiscalidad ecológica aplicada al Turismo. El lobby hotelero le conminó a olvidarlo. Pero en esa vorágine ver de los años 90 la Agenda Local 21 de Calviá (1996) volvió a enarbolar la bandera de la ecotasa como fuente de financiación: "recursos extraordinarios para restaurar las principales agresiones e impactos ambientales inducidos durante las dos últimas décadas". El lobby hotelero volvió a hacer que se envainaran la propuesta.


Acabando el siglo XX, Jaume Matas -president del Govern balear por el PP-, recuperó la idea de Cañellas (1989) y se sacó un Impuesto sobre estancias en empresas de alojamiento tendente a la dotación del fondo para la mejora de la actividad turística y la preservación del Medio Ambiente” que nuevamente encontró la férrea oposición del lobby hotelero, al que implicaba como recaudador. Ecologistas y conservacionistas le brindaron todo su apoyo, aunque fuera del PP. Pero solo ellos. El empresariado y todo el que daba la cara decía que no, con pocos argumentos, hasta que ZONTUR saltó a la palestra y recordó que 40'8% del turismo balear no se alojaba en el segmento reglado y que iban a quedar al margen del impuesto. Ahí ya empezaron a cavilar. Luego, Ernst & Young cuantificó en 105.000 millones de pesetas las pérdidas y las OET en Londres y Berlín contaron que iba a ser un desastre y que los turistas dejarían de venir. (en Alemania se hablaba de germanofobia balear).


Matas contraatacó: pidió encuestas. Y sus encuestas decían que un 60% de los europeos bendecían la iniciativa. Animado, puso a trabajar en la defensa del tema a todo aquél que se aprestase a ello. La Universitat de les Illes Balears (UIB) también hizo su papel -investigar-: Dictaminó que "se daban servicios a más de 11 millones de personas que sólo sufragaban los 760.000 residentes" y con lo que había no era suficiente. Como que me suena el argumento; no a nivel isla, sino a nivel ciudad. ¿Por qué será?


Hacía falta financiación extra y la ecotasa aquella/impuesto este se podía, decían, solucionar la cosa.


Echando mano de la prensa de septiembre de 1989 me encuentro con que la directora del Laboratorio de Investigación y Documentación turística de la UIB era beligerante: “los visitantes que no estén dispuestos a pagar la ecotasa difícilmente interesan al sector turístico de nuestras islas”. Y no digo que no tuviera razón, pero...


No, no he tenido acceso a su investigación; sólo a la reseña y entrevista periodística en papel amarillento, ya. Pero...


Llega el siglo XXI y el socialista Francesc Antich es elegido president del Govern balear. Mª Antonia Munar, de Unió Mallorquina, saca la ecostasa y el Pacto de Progreso aquél le da luz verde. Estamos en 2001 y el gobierno de José María Aznar (PP) recurre la ley, dejando de adalid a Jaume Matas que rebate la propuesta socialista diciendo que la Ley del Impuesto Turístico representa "una doble imposición" y no se parecía en nada a la suya. la propuesta Antich estuvo unos meses suspendida y luego se aplicó un rato entre 2002 y 2003 porque Jaume Matas (PP) volvió a la presidencia del Govern balear y la derogó.


En Baleares, el proceso de 2001 sirvió para recontar las camas hoteleras, aflorar 23.000 "camas ilegales" (de las que 17.000 se comercializaban ya entonces por Internet) y cifrar en 150.000 las camas irregulares; resultó que algunos hoteles tenían "camas fantasmas", pero esa es otra historia.


La revista Doctrina Tributaria (nº6; 2º trimestre 2003) puntualizó la fórmula tributaria: pagará el titular del establecimiento -no el cliente-, y para calcular su cuota se tendrá en cuenta la de capacidad de alojamiento del establecimiento y el periodo de apertura, teniendo en cuenta un coeficiente que representa el porcentaje probable de ocupación. El problema que encontró el articulista es que se mire como se mire la oferta no reglada quedaba al margen de la tasa.


Mientras todo esto ocurría, en Cataluña se fue trabajando el tema y desde 2012 se aplica un impuesto específico que ha sido actualizado en abril de 2017 y que, al menos en teoría, alcanza hasta AirbnB. En Baleares se reimplantó en 2016 y ya hay modificaciones para 2018, doblándose los importes.

Mañana me centraré en la Comunitat Valenciana; en el meollo de la cuestión. Pero sepan que esto no termina aquí. En julio de 2017 el Comité de Expertos para la Reforma de la Financiación de las Entidades Locales (CERFEL) entregó un informe al Ministerio de Hacienda en el que consideraban la necesidad de reforzar la financiación de los Ayuntamientos, en especial los turísticos, y proponían crear un impuesto turístico que gravaría las pernoctaciones hoteleras. Esto ha pasado un poco desapercibido. Serían los alcaldes los que decidirían si sí, o si no.


Uhmm…






14 sept 2017

DEL QUE DICEN FUE EL PRIMER DESTINO TURÍSTICO...




Hoy me entero -leyendo el borrador de un estudio de compañeros de la Universidad de Bristol- de que todo esto del turismo -¡dicen ellos!- comenzó un buen día de 1606 en Tunbridge Wells (a 50 km de Londres) cuando Lord North pasó por allí unos días, frente a los manantiales de Chalybeate, y recuperó su salud en aquél retiro balneario que ya habían descubierto los romanos (¡faltaría más!).

En 1630 recaló por allí, atraída por la fama y las bondades del lugar, la esposa del rey Carlos I (de Inglaterra, Escocia e Irlanda), Henrietta Maria (nacida parisina del Louvre) y comenzó a difundir las excelencias del lugar entre sus partidarios (que los tenía; ya verán). Aquello quedaba dentro del llamado “Anillo de oro” (Golden Ring)[1] y “los suyos” la siguieron: conspiraban un poco, se relajaban y volvían al lío.

Bueno, aceptamos pulpo como animal de compañía.

Sí, Henrietta Maria y Carlos I se llevaban fatal (pero tuvieron 9 hijos; cosas del compromiso matrimonial); ella nunca renunció a su fe católica y tuvo enemigos de religión a porrillo; tantos como seguidores. Fue muy activa Henrietta durante la Revolución Inglesa (1642-1689) que ejecutó a Carlos I, pero con la restauración volvió como Reina Viuda y siguió alimentando la fama de Tunbridge Wells como lugar de vacaciones y salud. Entonces se entendían así.

Lord Muskerry, el señor del lugar, viendo el éxito que iba tomando aquél balneario se dedicó al tema hotelero (desde 1676); hasta entonces los “turistas” acampaban en los prados a pesar de su linaje y Muskerry vio negocio. A partir de 1680 se planificó el desarrollo del lugar pensando en agradar a los visitantes que venían a tomar las aguas y aparecieron hasta los primeros comercios acordes al nivel de los visitantes: nobles y acaudalados londinenses.

A pesar de que en el XVIII ya se comenzó a apostar por los baños de mar - Scarborough y Margate-, el éxito de Tunbridge Wells era tal que se orquestó desde Londres un servicio rodado diario para conectar con el balneario y la rica burguesía tomó como parte de su vida el desplazarse hasta allí para el solaz.

Sí, alguno me dirá que en esto de los balnearios british resulta que el de Bath (a 150 km de Londres) era un enclave mucho más famoso; incluso el de Buxton (a 272 km de Londres y con Nestlé capitaneando sus manantiales minero-medicinales). Ambos, con actividad termal incluso más antigua que Tunbridge Wells. El caso es que Bath se había puesto de moda gracias a otra reina católica de tomo y lomo -Ana Estuardo, soberana de Gran Bretaña- y la jet del momento lo convirtió desde 1702 en el epicentro del glamour cortesano. Pero en cuanto el dandy Richar “Beau[2] Nash apartó sus ojos de él y los puso en Tunbridge Wells, en 1735, Bath pasó a un espléndido olvido y no se fue a pique gracias a las obras del arquitecto John Wood y las generosas dádivas de los adinerados clientes.

Entre 1735 y 1762, en que muere “Beau” Nash, Tunbridge Wells alcanzó la cima de la popularidad. Después del luctuoso suceso, la masa turística volvió a Bath que estaba muy bien diseñada y construida y era como “más mejor”.

No sé muy bien como enfocar la cosa. Me entero que Tunbridge Wells, en el primer tercio del XVIII, fue un lugar “muy especial” y permisivo. Bell Causey, figura femenina de excentricidades libertinas, se hizo la dueña del cotarro porque le había dado un toque permisivo al balneario entre 1710 y 1734, en que muere. Lejos de la corte, desinhibidos, los cortesanos establecían relaciones y conocían un mundo totalmente diferente a Londres que Bell Causey animaba. Esto gustó y se convirtió en el principal argumento de los viajes “de vacaciones” de aquellos días de almidonada moral. La ruptura de las rígidas barreras sociales se prodigaba en Tunbridge Wells hasta el extremo de llamarlo en tiempos de Causey “aguas de escándalo”. “Beau” Nash,  la muerte de Causey, cambió el desenfreno sin ropa por el baile desenfrenado con ropa y todo siguió igual… tomar las aguas, lectura, paseo, conversación, contemplación… y ¡fiesta! A la muerte de Nash, Tunbridge Wells languideció.

Pero Tunbridge Wells volvió a recuperar protagonismo a principios del XIX cuando la Duquesa de Kent, por un lado, y el príncipe Alberto, por otro, buscaron un lugar menos concurrido que Bath; con el príncipe llegó la reina Victoria, la iluminación de gas y la policía; adelantos que animaron la demanda turística. Se incrementaron los servicios Londres-Tunbridge Wells y en 1845 quedó conectada por ferrocarril con trayectos de tan sólo una hora.

Ahora ha cambiado mucho la cosa y Royal Tunbridge Wells (iba la reina, pues Royal) es una plácida ciudad-balneario muy lejos de aquellos días -tanto de los de Bell Causey como los de “Beau” Nash- y muy cerca de Londres a la que mis compañeros de Bristol le dan el papelón de haber sido, dicen, el primer destino turístico…

Yo no lo tengo muy claro, pero… ahí queda. Scarborough y Margate en la costa habrán de esperar quien las reivindique[3].





[1] Bellos parajes que rodeaban Londres en aquellos días (y aún hoy).
[2] Beau: bello, en francés
[3] Yo ya lo hice en un post; pero ¿quién soy yo? Ver “De viajeros, turistas y excursionistas”. Destinos de costa desde 1735.

13 sept 2017

DE AQUEL FUEGO... ESTOS RECUERDOS




El 9 de agosto de 1992 era domingo. JANLL y yo estábamos tirados, en sendas tumbonas, sobre mi inconclusa parcela (ni él césped ni la grama brotaban entre tanto derrubio de obra, mal mezclado con tierra no sé de dónde que componía aquél esbozo de jardín) del que fuera mi chalet (ahora prefiero ser urbanita), inmediato a Ciudad Patricia, “reponiéndonos” de la experiencia vivida la noche anterior como “maestros” alquitareros, sin el galaico magisterio. La alquitara (el alambique para algunos), expresamente traído desde Ortigueira para la ocasión, creo recordar que aún estaba caliente a eso de las cinco de la tarde, y del serpentín -he de reconocer- apenas habían brotado, ya de madrugada, unas gotas -¡Albricias, nuestra primera destilación!- a las que acusamos -aún hoy acuso- del estado en que se encontraban nuestras neuronas recalentadas por el sol ya en domingo y faltas de una comida digna. JANLL era experto en la “paella de vuelco de frigorífico”; te hacía un arroz, insufrible, con cualquier cosa.

En una de esas que, levantando la vista -o él o yo (no lo recuerdo)- en lontananza se atisbaba una columna de humo a la altura de Sierra Cortina. ¡Un incendio! (forestal, por más señas).
Así quedó la Partida Murtal tras el incendio de agosto de 1992

Mecánicamente, JANLL echó mano el móvil y contactó con la 1ª Autoridad. Intentábamos poner en orden las neuronas (asumimos que, por el dolor y el malestar, eran más de una las dañadas) cuando sonaron los teléfonos de los dos. El mío, para que contactara con JANLL y nos pusiéramos en marcha; el suyo, para que acudiéramos de inmediato con el jefe. Clarines y timbales de fondo.

Yo lo tuve más fácil. Y sea como fuere consiguió él salir pitando con su BMW mientras yo me dirigía en mi scooter ragguda a la 3ª Planta con el resto del equipo.

Se estaba quemando El Murtal -pinar, gran pinar, salpicado de abandonados algarrobos y olivos- y podía subir por las laderas de Sierra Cortina o entroncar con Poniente a través de otras partidas. Aquel fuego -que se intuyó e investigó entonces como provocado- se controló; que si hubo varios focos, que si al menos un pirómano… A los pocos días, por las laderas de Sierra Cortina volvieron a aparecer las llamas… se controlaron. Al final, ni Sherlok Holemes ni Hercules Poirot dieron respuesta al enigma ígneo, pero con un ultraligero y un walky, se montó un servicio de vigilancia. A grandes males… chapuzas de emergencia: inventiva. Celtiberia Show; pero salió en todos los Medios aquella iniciativa que ahora se resuelve con un dron. Pero han pasado 25 años.

Sierra Cortina era “el pulmón verde de Benidorm” catalogado como ‘no urbanizable de especial protección forestal’. En aquél agosto de 1992 ardieron por allí algo más de 10 millones de metros cuadrados (7’5 millones en el TM de Benidorm y el resto en el TM de Finestrat). En el 95 se cambiaron los usos de aquél suelo y la Sociedad Parque Temático de Alicante pagaba en el 97 algo más de 17 millones de euros en expropiaciones al 70% de los afectados que aceptaron; el 30% restante pleiteó y en 2002 ganaron el pleito (TSJcv). Al final, la cosa resultó a unos 30.000 €/Ha tras sentencias del TS en 2006 y 2008 para algo menos de 10 millones de metros cuadrados que dispuso la SPTA.

Y, ¿cómo se llega a eso?

A mediados del 84 una “comisión” de la Disney había visitado la comarca (y la Comunitat Valencina); habían sopesado Benidorm (sin haber probado nuestro destilado) y visitado la Marjal Pego-Oliva… y otros enclaves. En diciembre de 1984 el gobierno francés puso toda la carne en el asador y a París se le iluminó la sonrisa. Más de una caja de ahorros hizo el canto del cisne gabacho (2.000 millones de dólares a bote pronto). Aquello sonó a afrenta por estos pagos. Recordemos que al poco de abrir Aqualandia (1985), Six Flags y Marineland anduvieron por aquí esbozando (de ahí no pasaron) un proyecto de mayor envergadura y teníamos el caramelo en la boca.

Tal era la ansiedad que en enero de 1985 más de uno de por aquí se dio un garbeo USA por allí intentado que alguien de la Disney le recibiera. Aquí había ganas de parque.

Tantas, que en 1990 desde Hoteles Costa Blanca se presentó aquello que se llamó ‘Proyecto Phoenix’ y “camarita” (que así se llamaba la mascota) nos arrancó alguna sonrisa mientras hablábamos de robótica recreativa en cualquier barra de bar. Es que no se hablaba de otra cosa y para colmo, La Colonial ofrece unos terrenos a Pearson por Vilaseca y arranca el embrión de Port Aventura. ¡Qué afrenta!

Y de nuevo, un caramelo en 1991 con Euroworld Park que tenía menos futuro que yo como payaso en un espectáculo de Rodeo. Era chiquitito y coqueto; inviable. Pero tan coqueto que HOSBEC arrancó 1992 planteando una cuestión de Estado: un parque temático revitalizaría Benidorm. Así de simples éramos hace 25 años.

Bueno, no tan simples: sabíamos lo que queríamos. Benidorm-Europarque SA salió a la palestra y muchos sacamos el billete azul y fuimos a alguna ampliación de capital a la que JPJ nos animó dentro de un grupo de ilusionados individuos.

Esta historia que me he montado a partir de una veisalgia (resaca, para el común de los mortales), cuenta desde febrero de 1998 con un Plan Especial Director de Infraestructuras y Usos (PEDIU) y desarrolló Terra Mítica en el 20% de aquél suelo calcinado y expropiado, dejando el 36% a zonas verdes y el 44% restante a usos dotacional polivalente, turístico deportivo, residencial, equipamiento y viario. El resto, lo conocen todos. Por eso no entro en más detalles.

Menuda resaca. 25 años hace y aún me acuerdo. ¿Qué destilamos en aquél alambique? JANLL ya no está aquí para contarlo. Fue en busca de El Dorado, atravesó el charco y… se llevó con él el secreto de lo que habíamos mercado en Fontanars dels Alforins.

La vida maltrató tanto a JANLL como él maltrató a su hígado y a la vida. Pero -¡qué caray!- era mi amigo y jugaba al dominó como nadie. Y a conspirar no le ganaba ninguno desde Disraeli para acá. Nunca miró el vacío bajo sus pies, pero aquél 9 de agosto pudimos habernos convertidos en maestros alquitareros. ¿Qué falló?