28 may 2014

DE CÓMO UN DIBUJO TE LLEVA A DESCUBRIR UN PERSONAJE; DE SYLVIA PLATH


No tenía ni repajolera idea de quién era Sylvia Plath pero un WhatsApp interrumpió la normal recepción del programa de Carlos Herrera mientras “Putoperro” tiraba de mí en “nuestro” paseo matinal. Un amigo inglés me pedía identificar un dibujo que me había enviado al correo electrónico y yo no daba señales de vida. El arte y yo nos disociamos hace más de cinco décadas y nunca vamos a converger, por lo que me extrañó la petición. Le advertí de mis absoluto divorcio con casi todas las artes y me respondió que “es que es de Benidorm”. Aborté el paseo (¡bendito WhastApp!) y volví a casa a ver el envío. Helo aquí.


De inmediato me vino a la memoria una de las imágenes que ví en el archivo fotográfico de Mario Ayús: ¡Podía ser Benidorm! Aquellas ventanas lanceoladas de la izquierda…



Es que -me dice Paul- lo he visto en The Telegraph y el pie de foto esViviendas encaladas en los acantilados de la Bahía de Pescadores. Benidorm, España. 1956. Pluma y Tinta sobre papel. Firmado con iniciales SP, abajo a la derecha, y con el título y el nombre del artista en el reverso’”.

A mí me parece que sí, que es Benidorm”, le contesté. Pero, ¿quién es SP?”, le pregunté, pues con la que está cayendo, SP, a mí me suena a Standard & Poors, los de los índices de los mercados financieros… (abrevian con S&P). Total, que el colega británico me dice que “es una poetisa muy importante”.

Mientras buscaba en Internet “Sylvia Plath” cursé consulta whatsappera a mi filóloga británica de cabera (¿quién -a día de hoy- no tiene una filóloga británica de cabecera?) que me respondió que “no faltaría más, en 3º; analizamos poemas suyos”. Pero no le contaron sus profesores que Sylvia Plath estuvo en Benidorm en 1956, y en Benidorm escribió y dibujó; vino de luna de miel.

Sylvia Plath en la playa ¿de Benidorm?

Ya a golpe de Skype y de Internet he sabido más de Sylvia; ya es casi de la familia con su “Fiesta Melons”. El poema “Partida/Departure” (se marchan de Benidorm porque se les acabó el dinero) es uno de los más analizados allá por dónde he buscado.

Sylvia Plath es todo un personaje (del club de los poetas suicidas); en 1981 se le otorgó el Pulitzer (por su obra poética) a título póstumo. Nació en Boston (Massachusetts, USA) y a los 31 años se quitó la vida en Londres. Es, leo, “un clásico de la moderna poesía en lengua inglesa”. Se casó con Ted Hughes, poeta inglés, y de luna de miel estuvieron en París y Benidorm (en Tomás Ortuño, 59). Sobre esa estancia ya han escrito varios benidormeros; el primero fue en 2007 (Llibret de Festes) el profesor Pascual Aliñana Orozco. Así pues, no descubro nada.

Me ha hecho ilusión lo de “Fiesta Melons” (“En Benidorm hay melones,/carros tirados por burros, cargados/De incontables melones/Óvalos y pelotas/Verde brillante, arrojadizos,/Decorados con rayas…) Es que me imagino a Sylvia (y a Ted) viendo el carro de los “water melons” (yo siempre les he dicho ‘melón de agua’ y no ‘sandía’). Como me imagino aquél 1956 y como verían a alguno para escribir “Los Mendigos”, el segundo poema benidormero, “que sobreviven a su maléfica estrella”. Del tercero, y más famoso, “Partida/Departure”, he encontrado análisis por doquier; se quedan sin dinero y deben regresar a Cambridge: él a dar clase y ella a terminar sus estudios (beca Fullbright). En “Partida” habla de “las célebrescabras de Benidorm que lamen la sal de las rocas.

Aún, en 1959, se acordará de aquél Benidorm de 1956 en el poema “Las rederas”. Explicó el profesor Almiñana, en 2007, que se refería a “las remendadoras de redes” y sitúa la acción en la calle Tomás Ortuño: “Entre el pequeño puerto de los pescadores de sardinas/y las arboledas donde las almendras, aún delgadas y amargas, engordan sus cáscaras picadas en verde, las tres rederas/vestidas de negro –pues aquí todo el mundo está de luto por alguien-/colocan sus robustas sillas y, de espaldas a la calle y de la a los oscuros/dominios de sus umbrales, se sientan/…”

Nuestra vida es increíblemente hermosa, y permaneceremos anclados aquí hasta el 29 de septiembre, cuando regresamos a Cambridge… ¡Hay tantas cosas que contar de este hermoso lugar!”, le escribe Sylvia a su madre durante su estancia en Benidorm.

No sé cómo llegaron Sylvia y Ted a Benidorm en agosto de 1956. En la primera carta a su madre -desde Benidorm- señala “una hora en autobús”; ¿desde Alicante? No sé, pero me encanta lo de “Tan pronto divisé aquél pueblecito… y vi aquél mar azul centelleante, la limpia curva de sus playas, sus inmaculadas casas y calles –todo, con una pequeña y relumbrante ciudad de ensueño- sentí instintivamente, igual que Ted, que ése era nuestro lugar…”.

En algún lugar de Benidorm, en algún momento, no estaría de más recordar a Sylvia Plath… habida cuenta de que en Filología Inglesa, cuando la estudian -que lo hacen- no citan su paso, y sus poemas, por y de Benidorm



25 may 2014

DE LA DÉCIMA… Y LA INCOMPLETA FELICIDAD


Soy merengón y estoy exultante.

Cierto es que hasta el minuto 93 -en que Sergio Ramos, el Faraón de Camas, conectó el cabezazo- pedí varias veces a la Salomé de guardia la cabeza de Ancelotti, Benzema, Khedira, etc. Incluso la de Cristiano. La cagadita de mi admirado Iker Casillas me sacó de las ídem. Al final, no sé si fue la garra madridista, el espíritu de Juanito o una sobredosis de baraka, pero lo único cierto es que Di María, a trompicones, elevó una pelota que Gareth Bale, mi galés favorito, cabeceó a la red y me dejó tranquilo. Supe entonces que La Décima era nuestra y me relajé. Hasta ese momento -minuto 110- estuve a punto de ingresarme en la UCI en varias ocasiones. Y eso que sustituí los merecidos gin-tónics (sin botánicos, of course) por pozales de tila.

Tras el gol del uruguayo Godín decidí que Putoperro y yo, lo mejor que podíamos hacer, era pasear nuestro pesar por las desiertas calles de Benidorm. El semoviente de la unidad familiar aceptó ser mi paño de lágrimas y le recogí un buen par de recuerdos de nuestro paseo. ¡Por Dios!, ¿qué come este animal? Volví para ver empatar a Ramos y exploté con el gol de Bale.

Luego, los goles de Marcelo Vieira y Cristiano Ronaldo fueron ya un excesivo castigo, inmerecido a todas luces, para un bravísimo Atlético de Madrid que nos los puso de corbata hasta que Ramos reserteó el match y abrió la prórroga a las razzias blancas.

Soy merengón y -ahora- estoy feliz.

Soy tan merengón que llegué a ser fan hasta de don Santiago Bernabéu, el Chato de Almansa que tenía barquita en Santa Pola. En aquellos días de mocedad mi ídolo era el gallego Amancio Amaro Valera, pero sin desmerecer nada a la Galerna del Cantábrico, a Paco Gento. Hoy sé que aquél era el “Madrid Ye-ye”, pero era el mío: Araquistáin, De Felipe, Sanchís, Pirri, Zoco, Grosso, Velázquez… Gregorio Benito… No me acuerdo de ninguno más.

De don Santiago Bernabéu me gustaba aquello de que se licenció en Derecho y nunca ejerció; que se pasó, dicen, la guerra refugiado en la Embajada de Francia, y que terminó figurando como funcionario de Hacienda, pero como siempre estuvo ligado al Madrid CF/Real Madrid CF llegó a ser presidente en el año 43. Vidas de película de aquellos años.

Total, que cuándo más me gustaba el fútbol (por la tele, oiga) descubrí el Voley… y cambié deportivamente de disciplina y hasta de ídolos. Dejé los del fútbol y opté por aquellos genios que eran: Miguel Ocón, Rissanen, El Allam, Chupi Pérez, Sellés, Julio Díaz, Sánchez Jover… Jugué al Voley y llegué a la competición sólo lo justo para joderme de por vida los meniscos y el dedo gordo de la mano izquierda… y volví al fútbol, deporte que no he practicado en mi vida. Sólo de chaval jugué con “el equipo de mi calle”.

Las gafas siempre fueron un notable impedimento futbolero; el Voley me proporcionó hasta mis primeras (y dolorosas) lentillas; fui, creo -o así me lo hicieron creer,- un buen colocador que al llegar a red fintaba con relativa soltura, defendía bien y pillaba todas las diagonales; en las cortas ya era otra cosa. Pero eso duró lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rock: mis meniscos.

Volví al fútbol y al Real Madrid -¡cómo no!- con la Quinta del Buitre: Emilio Butragueño, Pardeza, Manuel Sanchís, Michel y Martín Vázquez. Me encandilaron Rafa Gordillo y Hugo Sánchez… Incluso estuve una vez en el Bernabéu, invitado en un palco; en aquél partido le ganamos al Sporting de Gijón. El resto de los partidos que he seguido, desde siempre, por la tele (y cuando es en abierto).

Y ahora que lo pienso, no puedo olvidar al Madrid de Juan Gómez “Juanito”, de Zinedine Zidane, de Carlos Santillana, de Ricardo Gallego, del “gordo” Ronaldo, del croata Davor Suker,  del montenegrino Mitjatovic, del “afro-teutón” Breitner, de Jorge Valdano, del danés Laudrup, del genial Camacho, de Luis Figo, de Guti, de Iván Helguera, de Fernando Hierro, de Steilike, de Maceda, de McManaham, de Fernando Morientes, de Fernando Redondo y de Roberto Carlos.

Lo de Raúl González es punto y aparte; me declaro Raulista. El “eterno capitán” no ha sido tan eterno con la camiseta blanca, pero su espíritu sigue revoloteando por el Madridismo; no en balde se habló del Raúl Madrid.

Y hoy, feliz con La 10ª, declaro mi admiración por Sergio Ramos y, ¡cómo no!, por San Iker Casillas (aunque ayer la cagara en el gol); me identifico con la locomotora Bale (sólo por ser galés; es que el dragoncito de la bandera mola) y confío en volverlos a ver ganando, al menos, una liga.

Pero, al mismo tiempo, quiero dejar constancia de que a pesar de La 10ª, mi felicidad no es completa. Me martillea el imaginario de Carlitos.

Carlitos es un chaval de Madrid que pasa sus veranos y vacaciones en Benidorm, en nuestra urbanización. Carlitos es del Atléti y este año iba embalado, exultante y pletórico con el Cholo y todos los colchoneros. Carlitos juega en las categorías inferiores del club madrileño y marchó a Lisboa, con su padre, para disfrutar de una final que durante 92 minutos fue suya. No quiero ni pensar en cómo lo estará pasando este domingo.

Imagino a Carlitos ayer en Lisboa y… ni con La Décima mi felicidad es completa. Aunque se lo advertí. Yo quería que esto pasara; y pasó. Pero cómo pasó.




24 may 2014

DE LA DEPURACIÓN DE LAS AGUAS, Y SU CONSUMO


Se quejaba el otro día el amigo Paco Amillo de que, ante la sequía que estamos padeciendo, en los últimos tiempos no se hubieran hecho actuaciones que, a todas luces, son necesarias para asegurar los abastecimientos y el regadío. Y señalaba las posibilidades de la depuración y el uso de las aguas depuradas.

Hasta hace bien poco, incluso en esta tierra de supina indigencia hídrica, considerábamos el agua como un recurso prácticamente ilimitado. Y la verdad es que sí, pero a qué precio. La reutilización planificada del agua ha cobrado protagonismo sólo en las tres últimas décadas, una vez que la desigual distribución de los recursos ha entrado en litigio con la también desigual distribución de las precipitaciones, de las dispares situaciones climatológicas (abundantes periodos secos), la consabida y alta demanda de agua para regadíos, la -en ocasiones- poco racional demanda urbana y la necesidad de preservar los abastecimientos, especialmente en las zonas de demanda turística.

Las aguas residuales tratadas se han convertido en un objetivo del hombre… desde la antigüedad. Aquí podríamos traer a colación ejemplos de tratamientos de aguas (y aguas residuales) desde la civilización Minoica (isla de Creta; por el 3.000 a.C.). Todo esto está muy bien contarlo, pero la cruel realidad es que hasta 1890 no se construye en Worcester (Massachussetts, USA) la primera planta de tratamiento de aguas residuales mediante precipitación química para reutilizar esa agua tratada. Desde 1890 hasta aquí la cosa ha cambiado mucho y gracias a las Directivas de la UE podemos decir que hemos avanzado.

En los años 20 del siglo XX, en los EEUU, en Arizona y California, se comenzó a reutilizar el agua para usos agrícolas. En España, en 1927, se comienzan las primeras actuaciones en Madrid [Depuradora de la China (1927) y Estación Experimental de Fangos Activos de Méndez Álvaro (1929)] y Reus (1937; Depuradora de El Molinet, en plena Guerra Civil). Y eso se produce porque en 1933 se planteó a José Paz Maroto acometer un plan de ámbito nacional a ese respecto, y Maroto se lo curró.

Esquema EDAR tratamientos primario y secundario,
y línea de fangos
Luego, hasta finales de los años 50 no se llegó a reconsiderar el tema, pero a partir de 1952 se comenzó a hablar de depuración para reutilización y cada cual hizo la guerra por su cuenta (Madrid, Barcelona, Valencia, Burgos, Tenerife y Sevilla) hasta que en 1974, para ordenar un poco el cirio montado, el Centro de Estudios Hidrográficos elaboró unas Recomendaciones para el Diseño de Instalaciones de Depuración. Más que nada porque el Plan Especial de la Costa Brava (1971) y el Plan Especial de las Islas Baleares (1972) ya comenzaban a contemplar las posibilidades de la depuración y la reutilización de las aguas depuradas con la vista puesta en ofrecer una adecuada infraestructura sanitaria para seguir desarrollando la actividad turística.

Ha paso mucho tiempo, y ahora mismo, por mor de la UE, tenemos aguas residuales domésticas (procedentes de zonas de viviendas y servicios, generadas por el metabolismo humano y las actividades domésticas), aguas residuales industriales (vertidas desde locales utilizados para actividades comerciales e industriales), aguas de escorrentía pluvial (las de lluvia; cuando llueve) y aguas residuales urbanas que son la suma de las residuales domésticas, las residuales industriales y las de escorrentía pluvial. Llegados aquí, hay que dar un tirón de orejas a quienes friegan sus locales y aceras y vierten las aguas (negras, negrísimas) a los imbornales de la red de pluviales. Esas aguas de fregar, por otros motivos, no debieran ir al sistema de pluviales; no todas las pluviales terminan en la red de reciclado. No entiendo yo cómo la Fiscalía no actúa de oficio contra tamaña insensatez rayana con lo delictivo; no entiendo como hay personas tan insensatas. Esas aguas, al inodoro.

El caso es que entre el 60 y el 85% del agua potable que se distribuye por la red llega a ganarse a pulso el título de agua residual[1], que se debe tratar para ir a otros usos.

En España (con datos del MAGRAMA), el 71% del agua depurada va a la agricultura, el 17’7% a cuestiones medioambientales, un 7’1% se destina a usos recreativos, un 4% a usos urbanos y un 0’3% a usos industriales. Todas estas aguas deben tener unos mínimos de salubridad y los usos agrícolas son los de regadío de hortalizas, pastos, herbáceos, leñosos, frutales, ornamentales, forrajes y acuicultura; también se emplean en recargas directas e indirectas de acuíferos, regadíos en bosques, silvicultura, mantenimiento de humedales y caudales mínimos (con estándares muy concretos); riego de campos de golf y estanques sin acceso público; riego de jardines y zonas verdes, cisternas de retretes, baldeo de calles, lavado de vehículos y uso contraincendios, cuestiones todas ellas en las que el agua, llamemos “de boca” puede muy bien ser sustituida.

El uso industrial, sólo un 0’3%, tiene mucho que ver con las restricciones. Porque, por ley, está prohibido, salvo muy especiales casos de situaciones de emergencia y catástrofes supervisados siempre por Sanidad, el consumo humano, el uso en la industria alimentaria, en hospitales, en aguas de baño, en fuentes ornamentales en espacios públicos,  en el cultivo de moluscos de filtración y, en cuanto usos industriales, restricción concreta para el uso en torres de refrigeración y condensadores evaporíticos; en fín, sólo en determinadas fases de limpieza industrial.

La Comunitat Valenciana tiene una extensión de 23.296 km2 y una pluviometría de 450 mm. La demanda de consumo es de 3.454 Hm3/año (2.641 para agricultura, 556 para abastecimientos urbanos, 107 para abastecimientos industriales y 150 exclusivamente para el sector turismo) y los recursos suelen sumar (dependiendo de los aportes del Tajo-Segura que rondan los 160 Hm3) 3.184 Hm3. El déficit hídrico inicial es de 270 Hm3. Las 467 estaciones depuradoras de aguas residuales (162 en Alicante, 111 en Castellón y 189 en Valencia) aportan 1’8 Hm3 de agua recuperadas.



Sólo en Namibia[2], y mira que hay países en el mundo que necesitan agua y no consiguen toda la que necesitan, hay legislación que admite el uso de agua residuales tratadas y recuperadas para abastecimiento y consumo humano. En los EEUU se han hecho varios intentos (Proyecto Denver, Denver, Colorado, años 80) y, ahora mismo, en California hay compañías que la producen, pero sin conseguir aceptación por el consumidor.

Se trabaja en la actualidad en poder inyectar esa agua en acuíferos y dejarla que asuma cierto proceso de naturalización antes de que llegue de nuevo al consumidor, tras tratamientos de potabilización.

El problema es que, aun venciendo las reticencias de consumo (todos sabemos de dónde viene), el precio final es muy alto (por eso se abandonó el Proyecto Denver tras una década de operatividad) y si tenemos que “dejarla ‘envejecer’ en acuíferos naturales” para vencer el inicial rechazo social, el precio se dispara aún más.

En los EEUU están en marcha algunos desarrollos que esperan, que para 2019, poder ofrecer agua tratada, procedente de plantas de tratamiento de residuales, que tenga todas las características y, la clave, “sepa a agua”. Hasta ahora, el agua residual tratada para consumo humano, dicen los que la han probado,” no sabe a agua”.

Y todo esto, querido Paco, después de no querer saber que el volumen de agua en el planeta Tierra es el mismo desde la “creación(1.460 millones de kilómetros cúbicos); vamos, que alguno de nosotros ha tenido que beber agua con restos del pipí de Tutankamón el día que cumplió 10 añitos… y en cien años, todos calvos.






[1] UN-WATER 2013
[2] Namibia se localiza en una zona desértica dominada por el desierto del Namib-Naukluft (desierto upwelling generado por la corriente fría de Benguela frente a sus costas), que le da su nombre al país, y salvo la zona norteña, todo el país es un lugar seco y desértico con escasa precipitación pluvial donde todo lo más abunda la sabana arbolada (285 mm/año; media 2009-2013). El resto del país es dominio del desierto del Kalahari (Gran Sed) que se extiende por el este del país. En la costa norte aún se localiza una zona desértica llamada Desierto de Kaoko.









22 may 2014

DE LUIS ESCOBEDO GASCON; UN AMIGO


Sí, es cierto que algo se te muere en el alma cuando un amigo se va; y Luís era mucho más que un amigo. Sí, es como un hachazo invisible y homicida. Sí, ahora mismo no soy capaz de ordenar frases con emociones. Para una vez que uno quiere hacer una cosa bien, las ideas no fluyen; sólo recuerdos, buenos recuerdos.



La voz de Mario sonó quebrada al otro lado del auricular: “Juan, ha faltat Luís”. Así me lo comunicó. Sin tiempo de rehacerme, el móvil se iluminó de inmedizato mostrando un nombre de mujer: Pilar B. Entre sollozos, su hija Pilar Bárbara me confirmó la triste noticia del fallecimiento de su padre, mi amigo Luis Escobedo Gascón.

Luis, desde 1987, me tuteló siempre que pudo; me introdujo en Benidorm, en su mundo, entre sus amigos y en su familia, hasta hacerme sentir uno de ellos. Luis y Pepita, Pepita Baldó, esposa, amiga, madre y soporte vital de la familia Escobedo-Baldó, siempre han estado cerca, y los llevo en mi corazón.

Con Luis conocí un concepto muy especial de familia que llega más allá de la consanguineidad; le gustaba oficiar de pater familias y a fe que sabía, y podía, hacerlo; y lo hacía. Sus amigos son mis amigos, su familia es también parte de la mía. Compartí con él (y con Pepita) las bodas de sus hijos Pepita, Luís y Pilar; el nacimiento de sus nietos Laura y Juan Luís… y ahora, los éxitos de estos en el diseño y en el baloncesto. El reporte semanal de logros de sus nietos estaba a la orden del día.

 De Luis, nunca me faltó el consejo, la advertencia, el chiste o la reprimenda en lo bueno y en lo mejor, pues con él no se producían otras opciones. Ahora, huérfano de su amistad, resuenan en mi cabeza aquellas frases lapidarias -“Mira lo que te digo: si a tu mujer le gusta un barranco, búscatelo pequeñito”-, sus brindis -“Porque no se queden viudas nuestra mujeres”- y sus mensajes -“Juan, créeme, eso no te conviene; no te hace favor”-. Y siempre resultó que iba un poco por delante.

Lo conocí nada más llegar a Benidorm aquél verano de 1987; él, como siempre, estaba ligado al Ayuntamiento de Benidorm y, en esa etapa, al grupo que lideraba Vicente Pérez Devesa. A los pocos días comíamos en casa de Soren, aquél noruego de l’Alfàs que servía el mejor aquavit que se pueda imaginar. Soren y su esposa iniciaron la larga lista de sus amigos que llegué a conocer en Benidorm, l’Alfás y La Nucía; amigos que siguen siendo.

Luís me llevó a Utrillas, su pueblo, y a Escucha. Luís era un turolense y oficiaba de maño; de un baturro que llegó un buen día a Benidorm como funcionario municipal y aquí estuvo hasta jubilarse. Los conocía a todos y todos le conocían y respetaban. En el Gabinete de Alcaldía compartí con él casi cinco magníficos años y disfruté de su trabajo y de aquellas aventuras que se habían vivido en las Casas Consistoriales de Benidorm, en la promoción turística de la ciudad y en los muchos saraos que se montaban y se organizaban y que él, con ecuanimidad y máxima fidelidad, reproducía. Siempre atendí sus consejos que -como zorro viejo- eran muchos y siempre buenos. Nunca deje de atender sus alertas, que en un mundo con políticos siempre fueron de alcance. Carne y uña de café mañanero y que si día de la Patrona, que si acto de la Guardia Civil, que si acto con la Policía Nacional… porque Luís siempre estaba en esos quites, aunque no nos faltaron noches de fallas, hogueras y Festival de la Canción. Por mor de nuestro trabajo siempre salíamos los últimos, y siempre con la grata sensación de haberlo hecho bien. Luís era toda una institución.

Luis me hizo uno más de su familia y he sido testigo de todos los momentos de felicidad que en todos estos años se han producido: los éxitos personales que han ido jalonando sus vidas y, también, los momentos duros, que alguno hubo.

Incluso llegué a conocer a don Ponciano, su padre, secretario que fue de un buen puñado de ayuntamientos, y a su mucha familia de Utrillas; a su familia de Francia (Marino, un abrazo); a su familia de Madrid (José Luis, otro para ti y para Peggy); a su familia de… tantos y tantos sitios, porque Luis (y Pepita) cosechaba amigos por doquier. “A ver, ¿quién es el que más manda aquí?, pues con ese tenemos que hablar”. Y hablábamos y terminaba en la lista de amigos; y unos vinos por medio más, y eran casi hermanos.

Una vez me tocó, cosas de Luis, hacer un pregón taurino en Escucha porque sus amigos gustaban de toros. Una semana preparándolo y luego, con las prisas, me dejo el texto en casa. Memoria no me falta, y salimos del paso; los detalles iban saliendo, aunque salieron más en la cena. Una vez que supo de mi afición al foie, pues línea directa con Francia; aunque al terreno del champagne nunca me llevó, que yo soy de cava. Me conseguía puros, buenos cigarros siempre; me preguntaba, semana a semana, cómo me iban las cosas una vez que dejé de trabajar junto a él en el Ayuntamiento: aplaudió mis éxitos, elogió mis libros y se conmocionó con el ERE este último que cortó de cuajo mi vida profesional. Últimamente, cada viernes, con puntualidad británica, a las 16'15 h. salíamos de casa juntos para tertuliar en Los Cafés del Meliá. Cuán largo se me hará ahora el peregrinar cafetero de los viernes.

Luis (y Pepita) era ese puerto seguro que sabes que siempre está ahí, en la calma y en la tormenta. “¡Lo que necesites!”. Me vine a vivir a mi actual domicilio a finales de un mes de diciembre. La llave no la daban y se echaban encima los días. Al fin, el 31, el último día, se podía llevar a cabo y no encontrabas a nadie para la mudanza. A primera hora de la mañana se presentó en casa con su “ejército de porteadores”: él, su hijo Luis, un aspirante a yerno, etc. Hicimos el traslado y aquella noche nació su nieta. Y Luis estaba de “porteador” conmigo. Cenamos juntos -ya con la feliz abuela-, y en su casa. En la nuestra sólo había cajas y una cama a medio montar.

Luis me ha enseñado hasta a cómo tratar a los “aspirantes”; en todo, incluso eso, sigo y seguiré sus consejos.

Ahora recuerdo, con un nudo en la garganta, cuando en la terraza del Lucas (Lucca-no) me dijo. “Oye, tengo cáncer; pero esto no es nada”.  

Esta mañana, día de Santa Rita (la patrona de los funcionarios de la Administración Local), Luis ha decidido darse el día libre y nos ha dejado… un vacío terrible, imposible de llenar nos queda. Pero él ha cumplido hasta el último de sus días.




21 may 2014

DE LA RADIOGRAFÍA DE LA HOTELERÍA ALICANTINA DE LOS SESENTA A LOS NOVENTA: DE UN LIBRO DE TOMÁS MAZÓN


Profesor Tomás Mazón, con su libro
Ha sido una experiencia sensacional. El profesor Tomás Mazón, director de la Cátedra de Estudios Pedro Zaragoza Orts tuvo a bien hacerme llegar su libro “Desde el vestíbulo de un hotel[1] donde nos cuenta sus comienzos como botones del Hotel Carlton de Alicante, con 14 años, hasta que salió de la Recepción del Hotel Gran Sol para acceder a su puesto de profesor titular en la Universidad de Alicante, tras doctorarse.

En este Blog el profesor Mazón ya ha aparecido varias veces: desde su paso por los Cafés del Meliá a cuestiones de la Cátedra que lleva el nombre de aquél alcalde que lanzó Benidorm. Me honro con su amistad y le tengo en alta estima.

Por ello, no me puedo resistir a la siguiente anécdota que figura en el libro (pág. 62 y 63. La he buscado; sabía por dónde quedaba). El director del hotel TRYP Gran Sol (yo obviaré el nombre) que ya gestionaba el hasta entonces hotel familiar (de familia Alonso) le dice: “Me han dicho que tiene Ud. estudios universitarios y que hace poco obtuvo el título de doctor”. “Sí, sí señor” fue la respuesta de Mazón. Y el director siguió a lo suyo: “Me han dicho que es doctor en Geografía”. “Efectivamente”, fue la respuesta que obtuvo. “¿Y para qué sirve ese título?”. Sin dar tiempo a la respuesta y sonriendo con sorna, cuenta Mazón, el director se fue. Y eso no podía quedar así. Al poco, Mazón le dirigió una misiva: “Este título de doctor, que tanta gracia le provocó, ha sido importantísimo y definitivo para mi vida y la de mi familia. Me ha servido para dejar de trabajar en uno de los hoteles de su compañía y me ha abierto las puertas de la Universidad de Alicante”. ¡Qué estilazo para dejarlo callado! Hoy el profesor Mazón está en el Departamento de Sociología del Turismo y dirige la cátedra Pedro Zaragoza Orts, como señalé.

El libro nos cuenta la trayectoria de Mazón desde que abandona el Instituto Jorge Juan y comienza, como botones, en el Carlton, un 14.02.1964 -a las 9 de la mañana- hasta el 31 de diciembre de 1992 en que deja la Recepción del Gran Sol. Y Mazón nos cuenta la evolución del sector en cuanto a infraestructura, condiciones laborales y evolución de la clientela
Encuentro fascinante tanto el mundo de los botones, que explica pormenorizadamente, como el de los recepcionistas; fascinantes, igualmente, los episodios vividos. Es un relato de casi 30 años sobre los entresijos de lo mejor de la hotelería alicantina destripando tanto los buenos como los malos momentos. No en balde el libro se subtitula “Esplendor y Decadencia de esta actividad turística”.

El trabajo de los botones consistía, nada más iniciarse el turno a las 7 de la mañana, en ir al quiosco de prensa y traer los diarios estipulados por el conserje…”. Y ahí comienza la intrahistoria de las propinas junto al cúmulo de tareas que acometía el botones (y no siempre le reportaba propinas). Mazón traza con precisión el organigrama de la ground floor del hotel que llega hasta a los ascensoristas y mozos de equipaje (y nuevamente la pugna por la propina). Desde Conserjería y Recepción, cuenta Mazón, se organizaba la vida del personal del hotel y, del libro, deduzco la gran camaradería, solidaridad y formación de muchos de aquellos profesionales. El retrato de los directores de hotel -de los que Mazón ha sufrido- permanece en tono sepia, mientras es vivaz y colorista el del resto del personal.

Nos cuenta Mazón cómo iba aquello de llevar las fichas a la Policía cada noche o cómo se confeccionaban las estadísticas de estancias; incluso los perfiles de los estafadores y de los que no debían alojarse en el hotel. Aunque con los estereotipos relata tres chascos: con el torero Miguel Mateo “Miguelín”, con un turista extranjero y con Joan Manuel Serrat (un hippie en el Gran Sol).

Hay innumerables referencias a los “invernantes”. Eran otros tiempos y había mucha gente de postín que pasaba el invierno al plácido clima alicantino alojado en un hotel de nivel. Navieros, empresarios, rentistas y banqueros componían ese grupo de “invernantes” con anécdotas y curiosidades.

En primer plano, el Hotel Carlton; detrás,
el alto, el Hotel Gran Sol.
Es que por el Hotel Carlton de Alicante, incluso por el Hotel Gran Sol, pasó lo mejorcito del mundo mundial que llegaba a España en aquellos días: desde toreros y futbolistas a actores, desde cruceristas millonarios a cantantes. Obviamente don Juan Carlos, cuando Príncipe (a secas, y con anécdota muy simpática), y don Juan de Borbón y hasta la Infanta Margarita. La lista sería interminable y de todos ellos tiene el apunte preciso.

En los sesenta, setenta y ochenta Alicante  estaba en un cosmos particular que atrajo a mucha gente importante -e interesante- a Alicante: desde actores como Yul Bryner, a políticos defenestrados como Perón y Batista (el cubano), pasando por adinerados cubanos de Miami y gallegos de Puerto Rico, las habituales tripulaciones de aviones y, como no, políticos del Régimen y de la Transición (desde Fraga a Rodolfo Llopis). Hasta un Mariano Rajoy registrador de la propiedad. Un repaso de tomo y lomo. Incluso las esperas del gran periodista Pedro Rodríguez, entonces en el Diario Información, por el hall del hotel en busca de un personaje que llevar a las páginas del periódico.

Bueno, Mazón -por conocer-, hasta tuvo la oportunidad de conocer al “Vampiro de la autopista” y desmontar el mito de las suecas. Y por el Carlton, entonces, pasaron las mejores.

Siempre destaca Mazón el componente humano de la trastienda del hotel y nos lleva hasta el primer convenio de Hotelería, con sindicatos libres, las nuevas políticas empresariales o la llegada del mini-bar -y la TV- a las habitaciones.

Seguro que me dejo a alguien, pero no quiero terminar sin citar el pisotón de Orson Welles (1965) que le llevo a sumar varios días de baja y determinó la fisonomía actual de uno de sus pies, y el capítulo de José Luis Sampedro, “una amistad de lujo”, cliente asiduo del Gran Sol, con habitación fija. En el Gran Sol, cuenta Mazón, escribió Sampedro buena parte de “La sonrisa etrusca”, la que el autor llamó “novela ‘alicantina’”. Y más cosas que atesora este fascinante libro de un pasado brillante del que Mazón fue testigo en primera persona.

Enhorabuena, profesor por este repaso-disección a lo que fue el mundo de la hotelería y la evolución del modelo y del turismo en la ciudad de Alicante.







[1] Publicaciones de la Universidad de Alicante; 2013 – ISBN 978-84-9717-262-2

19 may 2014

DEL PRIMER TREN TURÍSTICO DE ESPAÑA; DEL “LIMÓN EXPRESS”


El 28 de octubre de 1914 se inauguró el tramo de vía férrea Alicante-Altea. Benidorm se encuentra en esa línea que al año siguiente (1915) llegó a Dénia (en total, 92’7 km de vía “estrecha”), su meta (Alicante-Dénia). Me imagino que se habrá preparado algo para tamaña efemérides (el Centenario), pero nadie pía. Ahora mismo ese trazado Alicante-Dénia es la suma de las líneas L1 y L9 del TRAM (Transporte Metropolitano de Alicante; metro ligero); L1 Alicante-Benidorm (2.181.656 viajeros en 2013) y L9 Benidorm-Denia (730.333 viajeros en 2013). Hace 100 años lo que más transportaba ese itinerario eran graneles y vino; los pasajeros no eran lo principal entonces.

Para los pormenores de “el Trenet de la Marina” me remito al blog del amigo Francisco Amillo, que lo borda.

Coche-salón, tipo balconcillo, de la 1ª etapa
Yo en este Post quiero acordarme de un muy concreto convoy que circuló por esa línea entre Benidorm y Dénia: el Limón Express. Fue el primer tren turístico que tuvo España. Su recorrido es hoy la línea L9 del TRAM (Benidorm-Dénia; más bien hasta Gata de Gorgos) con material moderno, pero el caso es que en algún momento podría, si quieren los de FGV, volver a circular el vetusto Limón Express cuyos remozados vagones esperan al sol de El Campello (terminal FGV) mejor ocasión.

El caso es que con vagones de los años 20 (y 30) provenientes de dos viejas líneas ferroviarias ya olvidadas, las Carcagente-Dénia y la Manresa-Berga (aunque algunos dicen Manresa-Olván; y es que la estación término estaba lejos de Berga y lejos de Olván), y con viejísimas locomotoras (diesel-hidráulicas) Batignolles (de 460 CV; fabricadas por CAF) de la línea Carcagente-Dénia, comenzó a rodar la cosa, aunque luego se unieron dos viejas locomotoras más de la línea Peñaroya-Puertollano. El viaje inaugural del Limón Express fue el 1º de junio de 1971 (único viaje Alicante-Denia con regreso a Benidorm), con los vagones pintados de amarillo (de ahí el nombre del tren) y rotulados con nombres de mujer: “Rosa”, “María”, “Isabel”, “Alicia”, “Carmen”, “Sofía”, “Luisa”, “Elena”, “Silvia”, “Emilia”, “Núria” y “Marina”. Se consiguieron 12 vagones, pero cada locomotora podía arrastrar hasta 5 de ellos, que debían ser frenados a mano por agentes guardafrenos que viajaban en cada vagón; eso sí, la locomotora frenaba por su cuenta. Vamos, material de época. No se consideró nunca que la tracción la proporcionaran locomotoras a vapor, que alguna existía aún operativa entonces, porque las infraestructuras no lo aconsejaban (no existían). Incluso las Batignolles, al poco, tuvieron que ser sustituidas por diesel-eléctricas de Alsthon de la serie BB-1000 (875 CV) para que el trayecto no se eternizara. Las 3 nuevas locomotoras se bautizaron con los míticos y pétreos nombres de “Benacantil”, “Ifach” y “Montgó”.

Convoy del Limón Express atravesando "El Mascarat"
La idea del Limón Express, leo y releo, fue del británico David A. G. Simpson y se centró, inicialmente, en la colonia británica que vacacionaba en Benidorm. La campaña de promoción “Dancing on the traks” (Bailando sobre las vías) la lanzó en los periódicos británicos Daily Mirror y Sunday Mirror como “excursión que fomentaba las amistades”… a golpe de sangría; le llegaron a llamar “el tren del amor” (¿?). Y comenzó siendo para británicos y acabó siendo un aliciente local donde -a golpe de sangría, insisto, y “agua de Valencia” así como baile al compás del traqueteo ferroviario- se disfrutaban los paisajes de la zona (Alicante es la 5ª provincia más montañosa de España y por aquí salen al mar los Sistemas Béticos) y la artesanía de Gata de Gorgos (cestería, uvas pasas y guitarras); todo muy Typical Spain del momento.

La primera etapa del Limón Express duró desde 1971 hasta 1987. Luego, los vagones fueron reactualizados en la factoría Miró Reig de Alcoy (se acondicionaron los sistemas de frenado) y el 22 de marzo de 1988, con Rudi Meyers en la gerencia, el Limón Express inició su segunda singladura. Ahora los vagones no eran amarillos, pero la marca Limón Express había cuajado… hasta el 27 de mayo de 2005 en que como se iba a electrificar la línea (Benidorm-Altea, como mínimo), se retiraron los vagones para “un repaso” (había que dotarlos de nuevos bogies de ruedas) y -en estas que- el 2 de junio de 2008 iba a comenzar la tercera etapa del Limón Express y… los convoyes siguen tostándose, como dije, al sol de El Campello.

En 2013 se pidió la declaración del Limón Express como Bien de Interés Cultural… El viejo Limón Express se lo merece; el caso es que su éxito inicial propició que surgieran otras iniciativas turísticas por España, como el “Tren de la Fresa” (Madrid-Aranjuez) o el “Tren de la Costa Verde” (Montaña Leonesa: Vegacervera, Valporquero, etc.).

Convoy del Limón Express 2ª Etapa, cruzando uno de los viaductos
Me han contado que el añorado Limón Express tenía un plácido arranque en Benidorm para llegar –tras algún túnel y paso elevado, preludio de lo que se les venía encima- a Altea y desde allí comenzar a ascender el piedemonte de Bernia superando pendientes del 18 y 20 por mil, atravesando túneles de película y salvando desniveles por arriesgados puentes metálicos (alguno en arco, como el de El Mascarat) hasta superar Calpe y llegar a Benissa (sólo 185 msnm, pero de película, como los paisajes que se ven desde el puente de El Ferrandet sobre el barranco del Pou Roig, o desde el Pont del Quisi) para descender a Teulada, cruzar la garganta del río Gorgos y llegar a Gata. La espectacularidad del paisaje -y la sangría y el “agua de Valencia”- lo convertían en irrepetible. Tras el paseo por la artesanal Gata de Gorgos se volvía a Benidorm. Hubo momentos de dos circulaciones diarias, aunque en sus últimos tiempos eran cinco servicios semanales (9’40 y 13’50 h).

A ver si vuelve el Limón Express, que yo me quedé con las ganas de disfrutarlo.




17 may 2014

DE UN CAFÉ QUE DEJÓ POSOS: DE JOSÉ LUIS CALVO EN LOS CAFÉS DEL MELIÁ


Conocí a José Luis Calvo Bou (por aquél entonces diputado provincial de Turismo) cuando llegué a Benidorm en 1987. Acababa de definir a la Feria Internacional de Turismo de Madrid, FITUR, como “la feria de las vanidades”. Después vino un apagón y resurgió en su función profesional de director de hotel por tierras argelinas, de las que volvió para incardinarse en los proyectos mediáticos de Leopoldo Bernabéu, al alimón, hasta que pasó a ser funcionario de confianza del alcalde de Benidorm, Agustín Navarro… hasta su jubilación, hace nada y menos. Ahora comparto tertulia radiofónica con él, y otros, cada jueves.

José Luis Calvo Bou
Foto: M. Ayús
José Luis Calvo (1946), un valenciano recriado en pueblos turolenses, pasó por “Los Cafés del Meliá” este viernes y desgranó su experiencia vital en tres fases: profesional, política y social. Cuenta que los Hermanos Maristas de Valencia le marcaron hasta en su anticlericalismo, pero lo de lector impenitente lo adquirió, confesó, en el seno familiar. Contó que comenzó Medicina (para seguir los pasos de su padre) pero lo cambió por la Escuela Oficial de Turismo, de cuya 2ª Promoción es integrante. Y con la titulación, 3 años en Ibiza (dos de director de hotel) y en diciembre de 1974 llega a hacerse cargo del Hotel Mónaco de Benidorm (8 años) y luego pasará al Hotel Cap Negret de Altea (otros 8 años), hasta que Antonio Fernández Valenzuela le plantea que cuenta con él para la Diputación, y en Turismo, tras ser elegido concejal por Altea en las filas del PSOE.

José Luis fue rebelde al sistema, contó, desde niño; aunque no será hasta la Escuela de Turismo cuando definió posición y se integró en el Sindicato Democrático de Estudiantes. Tras la primera manifestación, a comisaría; y aunque “en 6 horas a la calle”, la Prórroga por Estudios a la puñeta y “18 meses de mili, como artillero -(RACA 32)- en Melilla”. Los primeros 9 meses fueron duros, pero la fortuna le sonrió con el capitán médico y los 9 siguientes no pudieron llamarse “mili” en ninguna acepción. Pero él, a lo suyo, aunque no se afiliará al Partido Socialista Popular (PSP; el viejo Partido Socialista del Interior) hasta que Enrique Tierno Galván (“el viejo profesor”) no vino a Benidorm (en 1976); pero tras las generales de 1977 -en febrero de 1978- el PSP se integra en el PSOE y Calvo aumenta las siglas del carné: PSOE… y es casi candidato a la alcaldía de Benidorm. Como profesionalmente estaba en Altea, terminó allí; de donde salió como concejal electo y diputado de la comarca, que le llevó a Turismo.

Nos contó su paso por la Revista Turismo y el grupo de Medios que tuvo en su día Leopoldo Bernabéu; “imperio” que llamó el tertuliano, al tiempo que consideró que “fue la crisis” la que se lo llevó por delante. Y con Bernabéu siguió en su TV, y en la radio, hasta que en noviembre de 2010 el alcalde Agustín Navarro lo llamó como asesor personalhasta su jubilación en julio de 2013.

Y, sin probar el café, José Luis Calvo hizo especial hincapié en la tercera fase de su vida, en la que está inmerso prácticamente los últimos treinta años. En noviembre de 1984 nació su hijo Pablo, afectado de la llamada Trisomía del 21, y le cambió la vida: “Esto es para siempre”, recordó que le dijo el médico cuando Pablo aún no tenía 4 horas de vida. Y José Luís (y toda su familia) llevan desde entonces volcados con Pablo y su integración: una batalla que día a día van ganando en pos de la tan ansiada integración, ahora en el Centro Doble Amor por donde gravita la actividad de José Luís cada vez más.

A José Luís Calvo le duelen en el alma los recortes y es beligerante al máximo con la Generalitat por unas ayudas que nunca llegan. “Se han dado pasos de gigante en Benidorm -y en España- por la integración de estos niños”, destaca al tiempo que puntualiza que lo principal ha sido “el cambio en la forma de pensar de la gente”. 
Pero vuelve a la carga blandiendo el Artículo 49[1] de la Constitución: “los poderes públicos velarán especialmente por ellos”, resume él, al tiempo que carga, una vez más, contra los retrasos de la Generalitat. Elogia la labor del centro, de la Lavandería Industrial del Doble Amor (LIDA) -que procesa miles de kilos de ropa de los hoteles de Benidorm-… y se confiesa animado con un proyecto de futuro, que aún puede salir, y es la residencia que esperan poder llevar a cabo. No pierden la esperanza.

Así, en “Los Cafés del Meliá” estuvo el viernes un feliz jubilado (se le olvida acudir a citas radiofónicas) que sigue activo en su dedicación a la Discapacidad y no ha perdido ni un capilar de su tremenda vena política.

Ya en faena, José Luís Calvo se siente feliz de haber cumplido con aquél primer objetivo que se marcó en 1987: “consolidar la marca Costa Blanca” (ante el contumaz enemigo que siempre fue Valencia, recuerdo yo) y lamentó “no haber sido capaz de convencer de la nulidad de la marca ‘Mediterránea’” ni a Lerma (President), ni a García Reche (conceller), ni a Fayos (director general).

Me gustó, coincido, aquello de que “el Turismo es un servicio; ni siquiera un sector. Es mucho más”. Y, siguió insistiendo en que, hay mucho desinterés por el Turismo en Valencia ayer y hoy: “La gestión política del Turismo es nefasta”. Recalcó que, en Turismo, “más que ideas, hacen falta inversiones”. Destacó “la capacidad camaleónica de los empresarios de Benidorm para adaptarse al momento” y aquellas dos cuestiones básicas que no -por manidas- dejan de ser verdad: “Benidorm ha sabido siempre ajustar sus precios al momento” y “La promoción comienza en el producto”.

De su paso por el Gabinete de Alcaldía de Benidorm dejó dos guindas para una tarta que aún nos tenemos que merendar. Una para 2015: “en el PSOE, cuando se tiene un alcalde, no se busca candidato”. Y otra, para cuando se quiera: “Ya quisiera que la lealtad de los concejales liberales al alcalde fuera la de algunos mis compañeros del PSOE”… lo que dejó a más de uno (a mí, por ejemplo) dubitativo: ¿En qué división juega José Luis Calvo?

  




[1] Los poderes públicos realizarán una política de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, a los que prestarán la atención especializada que requieran y los ampararán especialmente para el disfrute de los derechos que este Título otorga a todos los ciudadanos.

16 may 2014

DE LOS 40 AÑOS DEL MANIFIESTO DE BENIDORM; LA PRIMERA REIVINDICACIÓN ECOLOGISTA DE ESPAÑA… Y OTRAS EFEMÉRIDES MAS


Me duele Benidorm; y por eso me quejo.

Hace unos días les conté lo del cincuentenario de la Operación “B-B”… y han perdido la oportunidad (incluso en la Feria de Turismo de Bilbao) de recordarlo.

Benidorm, años 70. Foto: Paul Popper – Getty Images
Bueno, pues ahora han vuelto a perder la oportunidad de conmemorar el cuarenta aniversario del Manifiesto de Benidorm, la primera reivindicación ecologista de España.

Y el tema es de enjundia. Muchos, mucho antes que yo, han destacado la importancia de aquellas jornadas de la primavera de 1974. Carlos Carrasco-Muñoz, fundador y secretario que fue de la Asociación Española para la Ordenación (racional) del Medioambiente (AEORMA de efímera vida; 1970-1978) lo expuso, para el Consejo General del Poder Judicial, en septiembre de 1988. La ponencia es una retrospectiva, hasta ese año, de lo que había sido el proceso medioambiental español y la importancia del Manifiesto de Benidorm. En el diario La Verdad, en 2008, el Premio Nacional de Medio Ambiente, Pedro Costa, que también estuvo aquí entonces, en homenaje a Josep Vicent Marqués (1943-2008, uno de los primeros “pajaritólogos” de este país y que también estuvo en el meollo del Manifiesto de Benidorm; es que así se pretendía calificar/descalificar a los primeros ecologistas), ya habló de él.

Yo lo conté en un post de mayo de 2011 (Del Ecologismo en España… seinició en Benidorm) y este año, por enero de 2014, me tomé la molestia de plantearlo a quien correspondía; quien incluso contactó conmigo y me pidió las referencias para… para, ahora mismo, no sé qué. Porque nada se ha hecho.

Pero es que con motivo de las inminentes Elecciones al Parlamento Europeo, “las europeas”, y en base a que no se habla de Europa y que en algún foro se plantea en qué nos repercute “la cosa”, hubiera sido bueno recordar. En marzo de 2013 yo les contaba lo “De la importancia de Benidorm en el procesode creación de la Unión Europea”… y ni flowers. ¿Molesta recordar?

Aquí, y eso que estamos en campaña electoral de “la europeas”, nos perdemos en la marabunta -que rugir, ruge- y nos olvidamos de esos pequeños detalles que nos harían sentirnos un poquito más cerca, pienso yo, de eso que todos estamos construyendo y que por eso ya es UE-28 (desde que ingresó Croacia; 01.07.2013) y no UE-27 que estoy hasta las narices de oír. ¿Interesa tan poco Europa y la UE que no nos importa si ya sumamos un país más? Comenzaron 5 y ya somos 28.

En fin, que no podemos quejarnos; tenemos lo que nos merecemos.

Y mientras tanto… tempus fugit.