14 ago 2013

DE OTRA DE VIKINGOS


Reconozco que los vikingos me han interesado de siempre. Un día, un profesor de Historia (de aquella del Bachillerato) nos contó (por los años setenta) cuando remontaron los vikingos el río Segura para atacar Murcia… o el Guadalquivir para hacerlo contra Sevilla, o las costas catalanas. Y aquello me impresionó.

Rutas de navegación vikingas; siglos VIII a XII
Ya he dedicado un post a los vikingos. Ahora sigo la serie de Antena 3 cada martes por la noche (y van dos). No me ha decepcionado.

Para el Canal Historia (The History Channel) se ha realizado la serie Vikingos que Antena 3 ha estrenado este verano. La serie es de lo más “virídico” que últimamente he visto. En España se viene huyendo del rigor en las series que se producen, especialmente Antena 3, con sonoros errores (desde las desventuras del pastor Viriato hasta la del cruce de civilizaciones toledano y los historieta de Fonsi 10 el resabiote -más que Alfonso X El Sabio-; error tras error, por buscar un enganche “mono” con el telespectador).

En esta de vikingos lo que me chirría es la insistencia con la palabra Inglaterra.

Aquellos vikingos sabían muy poco de la Heptarquía de los Anglos (los 7 reinos de anglos, sajones y jutos… que habían salido de Jutlandia, la actual Dinamarca, y del Holstein alemán para establecerse en el Este de lo que hoy es la Gran Bretaña en cuanto partieron las legiones romanas) hasta que llegaron al monasterio de Lindisfarne en el reino de Northumbria, entre los ríos North y Humber.

Aunque la verdad sea dicha, los vikingos fueron los responsables de que se creara la tierra de los Anglos (por unión de estos reinos de la Heptarquía para luchar contra ellos) allá por el 827. Pero hasta entonces…

Me ha gustado como se forja la historia televisiva en torno a Ragnar Lodbrok (Ragnar Calzaspeludas) y a uno de sus hijos, Björn Ragnarsson (Björ Brazo de Hierro), que será el protagonista de los asedios a estas zonas mediterráneas y que no sé si la serie llegará a esas alturas del siglo X.

Bueno, los vikingos hicieron también de las suyas por todo el norte de España en el IX y se permitieron llegar hasta León.  Y en el pueblo más al sur de esa provincia (ya lindando con la de Zamora), en Cimanes de la Vega, hay una pedanía, Lordemanos (Nordomani, Hombres del Norte), que es el único topónimo relacionado con los vikingos documentado en la península. Bueno, hay otras cosas por presión vikinga: tras atacar Iria Flavia se optó por trasladar la diócesis a la actual Santiago de Compostela, y fortificarla. Bueno, hay una novela, “El Señor de Lordemalos”, sobre los vikingos en Galicia.

En aquél post de Noviembre de 2011 se quedó en el tintero la rueda de sombras o tablero de sombras. Fui incapaz de encontrar una imagen en internet.

El caso es que con esta rueda y lo descrito en el post citado, de la interpretación de sus piedras rúnicas se sabe que de Bergen a las Shetland (300 millas mal contadas) empleaban 2 días de navegación favorable; de las Shetland a las Feroe (otras 300 millas) otros dos días; de las Feroe a Islandia (unas 450 millas), tres días… Con un reloj de sol, con el sol brillando, se puede determinar el Norte geográfico a la latitud 61ºN… y eso es lo que hacían los vikingos con su rueda de sombras, cuyo gnomon indicaba, sobre parámetros hiperbólicos (del viaje del sol por el cénit) marcados en la rueda, la sombra, y con ella (más o menos) el rumbo. A lo largo de la latitud 61ºN se habla, para cuando el sol estaba cubierto por nubes o niebla) del cielo polarimétrico de los vikingos pues también se ayudaban de las “piedras solares”, y de mayo a agosto (que es la temporada en que los vikingos actuaban) marca perfectamente el rumbo la combinación de rueda y piedra. Varios navegantes modernos (en los años 50 y 60 del siglo XX) lo han utilizado, en la latitud 61ºN, y funciona.

Pero el caso es que los vikingos llegaron hasta el Mediterráneo, lo que indica que supieron leer mejor los rumbos con cálculos polarimétricos marcados en las ruedas. Cada vez que avistaban una tierra saqueable marcaban la tabla. Nunca sabían dónde estaban (más que hacia el punto de regreso en la latitud 61ºN) pero sí sabían a dónde se dirigían y por dónde estaban.






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