23 abr 2024

Reflexionando... sobre el modelo turístico y el acceso a la vivienda en las zonas turísticas

 

 

 

Hablamos, sin pudor, de la necesidad de un cambio de modelo productivo en España. Y esto, especialmente, se hace en los grandes destinos turísticos donde encontramos situaciones agravadas en torno al acceso a la vivienda. Le echamos la culpa al turismo… y, blandiendo estulticia, a otra cosa mariposa.

El 20A en Canarias ha salido hasta en la sopa de Medios. No dudo de que Canarias tenga un límite, como dice el lema de los manifestantes… Pero es lo que tienen las islas, límites (bordes): terminas en el mar. Ah, bueno, que se refieren al modelo turístico; pues también, terminas en el mar.

En esto del turismo patrio, como decía Sancho al hidalgo de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor (que cuando esto escribo celebramos el Día del Libro): “quien busca peligro, perece en él”, como cuando don Alonso se metió en la aventura de los batanes[1] [2]… Mucho ruido, pero es lo que te da de comer.

En lo de dejarse llevar por las emociones sobre el territorio sin tener plan B es un gran error.

El modelo turístico español -Sol y Playas- viene resultando ser un éxito desde los años cincuenta… aunque lo de “la industria de los forasteros” tiene un principio anterior.

Arrancó tras la IIGM con generaciones de europeos que buscaban su seguro de sol y tipismo en la vieja piel de toro (e islas adyacentes) y se consagró en los setenta con paquetes turísticos adquiridos en los países de origen hacia los tradicionales destinos de sol y playa que habían desarrollado un ocio adaptado a ellos.

El proceso ha ido evolucionando gracias a los vuelos low cost y la Internet; y complicándose. Ahora, tras la pandemia Covid19, es una necesidad donde el Sol y Playas, pese a quien le pese, es lo que tira del carro del turismo. Por ello, por el sol y las playas, los destinos turísticos españoles han ido jalonando éxitos, uno tras otro, y son referentes internacionales.

Este modelo productivo español sigue vivo y gozando de éxito -ya verán los resultados de este 2024… si Putin y Zelenski, el Estado Islámico, Kim Jong-un, Netanyahu, Haniya y Jameni no la lían aún más- con todas sus singularidades. Al final, apunten que ya verán, sumaremos 200.000 millones de euros de ingresos, el 13’4 del PIB, y hasta un 17% de nuevos empleos, aunque muchísimos sean raquíticos, en una España de subvenciones que ha cerrado 2023 con un déficit del 3’6% y una deuda de 107’7%. ¡Olé! Por fin estamos a la cabeza de algo en la UE[3]: el país con más deuda regional. ‘Olé, olé y Olé!

La cuestión ahora es que las nuevas –y no tan nuevas- generaciones de turistas están cambiando y los nuevos perfiles demandan una oferta de productos y servicios diferentes y diferenciales que poco a poco los destinos van enfocando con dispar criterio y, se mire como se mire, manteniendo el éxito.

Cambiar el modelo a estas horas de la película es complicado. En España crecen los servicios y la industria se contrae. Así es que… Modelo turístico al canto porque en lo que es la industria tradicional, acabamos de esquivar por los pelos la recesión técnica[4].

Menos mal que tenemos turismo, que si no…

El dinamismo de los servicios contrasta con el anquilosamiento de la industria.

La economía española lleva década y media tambaleante; la brecha de productividad de España con la eurozona fue de casi 14 puntos en 2023 y no hay visos de mejora.

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada y el Consejo General de Economistas explicaban allá por febrero último que “la escasa y poco competitiva inversión en activos intangibles (capital humano, tecnológico y social), los desajustes existentes entre la oferta y la demanda de trabajo, la elevada temporalidad del empleo, y las barreras a la financiación para las empresas pequeñas, especialmente para las tecnológicas” complicaban el problema patrio. Desde 2010, España ha retrocedido en PIB per cápita “más de veinte años[5].

El Gobierno pregona que está cambiando el modelo productivo (¿?) gracias a los fondos europeos de recuperación (¿?), pero los datos –y el sentido común- le contradicen. Es que las evidencias les rebaten de continuo. Pero ellos erre que erre; aunque la realidad sea más tozuda. La luz al final del túnel es un Talgo de la serie 106 que viene de frente…

Sólo el turismo resiste y presenta cuentas: en 2023 España recibió 85,1 millones de turistas internacionales y el turismo alcanzó un 12,8% del PIB, impulsó el crecimiento de la economía y creó más y –dicen los exégetas del sanchismo que- mejor empleo; su contribución a la economía alcanzó el 12,8% del PIB y fue el mejor año desde que existen estadísticas, con la generación total de 186.596 millones de euros a través de su actividad. Y resulta que el 17% de todos los puestos de trabajo creados en 2023 correspondieron a empresas de la industria turística. Fueron, concretamente, 95.224 empleos más que en 2022. Además, la tasa de temporalidad bajó hasta el 8% y las subidas salariales fueron las mayores de toda la economía española, con una media del 4,4%. El PIB turístico creció un 13,1%, que se traduce en el 70,8% del crecimiento de la economía española, que el Banco de España sitúa en el 2,4%. Si es que habríamos de reverenciar al turismo.

Asín que… al turismo, ni me lo toquen.

¿Cómo van a intentar cambiar lo único que funciona?

Ahora bien, con las cifras más elevadas de la historia… al final, el sector turístico tira del carro, nos saca del apuro y conserva los mismos problemas desde hace años. Y esto sí que nos lo tenemos que hacer ver.

Es triste decirlo, pero el sector turístico es un sector que fundamentalmente se nutre de una fuerza laboral de poca o nula cualificación. ¿Algo a remediar?, sí. Y para más inri, en la oferta complementaria, encontramos un cierto nivel de economía sumergida. Es duro decirlo, pero es que, si no, ¿cómo explicas que este país sobreviva con tasas de paro del 25 por ciento, que -de ser ciertas- nos llevarían a buen seguro a una rebelión social?

Nada, remediémoslo con formación y capacitación profesional.

Pero el nuevo personal -formado y capacitado- se encuentra con el mismo panorama laboral que el ni formado ni capacitado: falta de condiciones laborales competitivas y salarios bajos. Estas dos lacras parecen confirmarse como los motivos que se amagan detrás de la falta de personal cualificado en el sector turístico.

En 2024, el SMI es de 1.134 euros mensuales en 14 pagas; 1.323 euros mensuales si es en 12 pagas. A un camarero, y con formación, se le ofrece poco más… y tiene por delante largas jornadas y que pagarse una solución habitacional a los precios que están. Mala pinta, oiga.

Sin lugar a duda hay que seguir en clave de turismo, pero habremos de reorientarnos hacia modelos puntuales más racionales, al tiempo que ir desarrollando productos innovadores que permitan la convivencia de más de un perfil de turista en el mismo destino, evaluando el beneficio empresarial y social que ello deberá conllevar; habrá que tener una visión de futuro integrada aunando esfuerzos en alianzas público-privadas; mejorar en conectividad -ahora el gob (con estos mendrugos es inapropiado terminar el nombre) anuncian la “expansión” del aeropuerto de El Altet.

Con un par, el presidente de AENA, Maurici Lucena, ha soltado por su boca en la junta de accionistas de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea un “Quiero subrayar, para que quede claro en la Comunitat Valenciana, que se expandirán los aeropuertos de Alicante-Elche y de Valencia”. No podía ser menos habida cuenta que el Aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández cerró 2023 con 15,7 millones de pasajeros registrados, 4,6% más que en 2019 (el último año previo a la pandemia). El tráfico nacional supuso el 14% del tráfico comercial (frente al 11% del 2019). “El Altet” (yo, es que soy así y lo de Alicante-Elche ‘Miguel Hernández’ me suena progre) ha logrado la desestacionalización de la operativa al superar el millón de pasajeros en doce de los trece últimos meses…

Por ello lo de la expansión me sabe a cuerno quemado cuando se está pidiendo la construcción de la segunda pista y la conexión ferroviaria.

¿Podemos llamar a las cosas por su nombre?; ¿Qué supone la expansión?; ¿cómo encajamos en esto lo de acción o efecto de expandir? Aquí hablamos de construir, otro verbo y otra necesidad, donde lo importante es planificar a medio y largo plazo. Esperando estoy el informe de las cámaras de comercio en el vecino mes de mayo.

Aquí, lo que importa es ser impepinablemente sostenibles y tener el turismo como estrategia de país

Sí, tener el turismo como estrategia de país –repiénseselo, manifestante del 20A- y planteéselo. Y luego está la normalización hacia el DTI como una de las más brillantes opciones de futuro en materia de turismo.

Sobre todo porque ahora al turismo -y a las zonas turísticas- le reaparece -lleva ya un tiempo- el problema de la vivienda que se está convirtiendo en la madre de todas las cuestiones.

Y es verdad. El acceso a la vivienda es un problema.



Yo me acuerdo del torpedeo socialista de la Ley del Suelo popular nada más despuntar el siglo XXI y, también, de una de las sentencias más desafortunadas que se recuerdan en la que el Tribunal Constitucional otorgó a las Comunidades Autónomas la competencia exclusiva en materia de ordenación urbanística[6] [7], privando al Estado de una de las escasas posibilidades que le quedaban de influir positivamente en la solución de este problema. Aunque si la cosa fuera de este gob, como se está demostrando, peor estarían las cosas. ¿Se acuerdan cuando la ministra Trujillo, María Antonia por nombre, reinventó la corrala[8]? Pues la pelota estaba en el tejado de las Comunidades Autónomas

Le Corbussier trabajó en esto de la solución habitacional desde 1914… y así llegó la unidad de habitación transitoria (1944; treinta años rulando la idea) hasta culminar la idea en la Unidad de Habitación de Marsella (1952) y sus nuevos vuelcos en 1961 y 1964… y no ha cuajado.

En este país vamos a empujones en este tema (y en todos) y la cosa nos fue como nos fue en vivienda –lamentándonos siempre- hasta que, recordemos, en 2008 estalló la burbuja inmobiliaria y nos quedó patente que la vivienda, que había sido tradicionalmente considerada como un activo financiero y no una necesidad básica del español medio, era un problema… tras aumentar los casos de ejecución por impago de hipotecas.

La vivienda pasó a ser necesidad acuciante y acabó convirtiéndose en el problema patrio.

Problema que en realidad se circunscribe a la cuestión de la pasta gansa: los salarios actuales de la gran mayoría de los jóvenes españoles y de buena parte de la sociedad apenas dan para alquilar o intentar comprar una casa medio digna.

Concluyamos que es muy difícil encontrar vivienda asequible, en alquiler o propiedad, en las principales ciudades de España… por el motivo de los sueldos.

Este problema se ha acrecentado en el último año con la nueva ley de la vivienda, el continuado aumento de los precios y la recalcitrante subida de los tipos de interés.

En el estándar ideal de gasto de las personas ningún español debería destinar más del 25% a vivienda (alquiler o pago de hipoteca; lo que se conoce como tasa de esfuerzo de hogar) y el Banco de España decía -en febrero último, una vez más-, que los españoles destinaron más del 40% en 2023; con casos referenciados de más del 50%. El esfuerzo de los alemanes es tan solo del 15%; ¡Mein Gott! Algo estamos haciendo mal.

Así, cobra tremendismo (al menos para mí) es que, en 2021, el 42% de los hogares españoles con españolitos de entre 30 y 44 años no era propietario de su vivienda, lo que supone quince puntos más que hace diez años. Y no doy con el dato de 2023 que, seguro, es aún más descorazonador.

Y desazona ver los casos de jóvenes parejas, con dos sueldos del sector turístico, que tienen que alejarse más de Benidorm para encontrar algo que no les suponga tanto esfuerzo de hogar… o ver en la tele profes de primaria a las que les sale más a cuenta los 800 euros al mes que se gastan en volar de Palma a Ibiza (a los isleños les cuesta más barato volar) que alquilarse un casuto en la más grande de las Pitiusas.

Y, de repente, me ha venido a la mente la novela de Rafael Azcona, llevada al cine en 1958, “El pisito”, donde Petrita y Rodolfo resulta que no se podían casar porque no les llega el parné para el pisito. La solución (maquinada por Petrita; las mujeres en esto –y en casi todo- son más lsitas) es que Rodolfo se case con la vieja casera, doña Martina, y a la muerte de esta en viudo herede ¡el contrato de alquiler sobre el inmueble de renta antigua! y, por fin, se puedan casar al contar con un pisito donde vivir su amor.

Pues así estamos en 2024 (como en los 50 de la España en blanco y negro); pero doña Martina ahora no existe; y, mucho menos, los contratos de renta antigua en las zonas turísticas.

Por cierto, cuando se escribió la novela y se guionizó, en aquella España de postguerra se estimaba que existía un déficit de un millón de viviendas para cumplir el proyecto franquista “una familia, una vivienda”. Y en 1957 se creó el Ministerio de la Vivienda (Decreto Ley de 25 de Febrero). Antes ya estaba el Instituto Nacional de la Vivienda (1939); pero la solución llegó con la Ley de Arrendamientos Urbanos (1951) que puso en marcha un Plan de Urgencia Social de viviendas subvencionadas… Y con el II Plan Nacional de la Vivienda (1961-1975) se construyeron 4.080.619 viviendas sociales. Sí, ha leído bien: cuatro millones ochenta mil seiscientas diecinueve… más de cuatro millones.

Deténgase en estos números: en 14 años, entre 1961 y 1975, se construyeron -con voluntad- más de cuatro millones de viviendas para cubrir la demanda del enorme crecimiento vegetativo de la población española, asumir la emigración interna y la reposición de vivienda antigua.

Vale: sálgame denigrando con las calidades o lo que quiera; pero se trata de más de cuatro millones de viviendas todo lo fachas que usted quiera.

Puede que duela recordarlo, pero los españolitos de entonces, ahorrando, se podían comprar el pisito (en 1977, el 77,8 % de los españoles era propietario de su casa) o, en su defecto, podían pagar el alquiler gracias a la Ley de Viviendas de Renta Limitada (1954) y la nueva Ley de Arrendamientos Urbanos (1964). Leyes franquistas, eso sí.

Por cierto, el decreto Boyer (Real Decreto 2/1985, de 30 de abril), sobre medidas de política económica, supuso la liberalización del mercado de alquileres poniendo fin a la dictadura franquista en materia de rentas de viviendas. Asín que… todo el monte se convirtió en orégano.

Y hasta aquí que les leo porque me entra el tembleque cuando leo que en los años que llevamos de Democracia -cuatro décadas largas- sólo se han construido 2’36 millones de viviendas protegidas en España y con periodos de protección de entre 10 y 30 años, con lo que cumplidos estos años las viviendas pasan al mercado libre con precios de mercado.

Vamos, que en materia de vivienda, guste o no reconocerlo, cuesta abajo y sin frenos hasta el problema de hoy, que arrastramos bastante más de una década.

Ahora mismo, en vivienda protegida y vivienda social, resuenan más quejíos, ayes y lamentos que en un arranque de la Niña de los Peines (y que me disculpe doña Pastora Pavón por meterla en este ajo).

Hay en España, INE dixit, 26’8 millones de viviendas; 60.334 en Benidorm (toque localista que me brota al pronto).

De los 26’8 millones, 19’35 millones son viviendas principales y hay, cuentan, más de 3’5 millones de insuficientes viviendas vacías, lo que le molesta a muchos olvidando que son propiedades privadas. Sí, también tenemos 3’8 millones de las llamadas viviendas de uso esporádico y unas 290.000 en alquiler social… Están todas contabilizadas. Sabemos las viviendas que hay y, como se hizo en la España franquista, sabemos las que faltan… y las que habría que construir cada año. Pero falta la voluntad y el parné para ello.

Este año, dicen desde la patronal del sector y refrendan los portales inmobiliarios, se van a construir 110.000 viviendas en España, aunque se necesitarían 40.000 más, al ritmo de 150.000 viviendas al año -sólo en vivienda pública- durante una década para atender la demanda -1’5 millones- y regularizar el mercado, confiando, dicen los expertos, que si todo va bien se pudiera acceder a ellas, suponiendo que los españolitos consiguieran detraer de su sueldo la cantidad necesaria. Hace unos días, el 14 de abril, la ministra de Vivienda del gob actual confirmó el déficit de 1’5 millones de viviendas públicas (aunque varios estudios reclaman 2’4 millones) y recordó, una vez más, la manida promesa de 184.000 viviendas hasta el final de la legislatura en curso, que, de construirse, sólo cubrirían en 12’3% de la necesidad.

Es que la Administración debe implicarse. En 2002 España gastaba algo más de 1% del PIB en vivienda pública; en 2022, veinte años después, algo menos del 0’5%. Y encima me saldrá alguien a decir que el gob puso en 2022 la nada despreciable cantidad de 6.900 millones de euros en vivienda… pero como 4.200 millones fueron a ayudas al alquiler y todo eso, a la construcción pura y dura, al ladrillo y desde las comunidades, solo llegaron 2.700 millones... que para un país como este… ¡es nada! ¡Terrible!

Hay un informe de la OCU[9] al respecto que deja sin aliento ya en la página 4…

Y hasta tenemos una Ley de Vivienda (Ley 12/2023, de 24 de mayo) que está a punto de cumplir un año y gracias a la cual el metro cuadrado ha pasado de 1667 € a 2079 €. ¡Olé!

El efecto real ha sido contracción del mercado e incremento de precios por ausencia de oferta y estancamiento de la demanda. Vamos, otra ley sanchista inútil que ante el resultado ha hecho salir a los integristas de a bordo pidiendo expropiar viviendas a sus legítimos propietarios mientras el gob mantiene normas de intervención que suponen un grave atentado contra la libertad de mercado y la propiedad privada en vez de entrar de lleno en el tema y dar seguridad al propietario.

Hasta los mononeuronales saben que la seguridad jurídica al propietario del inmueble es la verdadera solución para poner viviendas vacías en el mercado de alquiler; dando mayores garantías a los propietarios y hacer que la ley se cumpla en tiempo y forma es lo que elevaría la oferta de pisos en alquiler. Y, naturalmente, construir más vivienda protegida. Pero dar garantías de seguridad al propietario fachurrón está mal visto.

El 95% del parque de vivienda en alquiler está en manos de particulares; pequeños propietarios y ahorradores que habían visto en el sector de la vivienda un mercado seguro en el que poner sus ahorros y obtener una lógica rentabilidad. Buscan, naturalmente, proteger su patrimonio y, para ello, necesitan la máxima seguridad y estabilidad. Lo mismo, convencido estoy, que los inquilinos. Aunque los hay que por hache o por be, ante una ley garantista para ellos, pasan de cumplir con sus obligaciones contractuales.

Caer en manos de alguien que alquila y no pagua y que, encima, pueda ocasionarte una serie de daños en la propiedad cuando le reclamas, es lo más temido; porque no los puedes echar ni con aceite hirviendo y te metes en un proceso legal… Y como dice el refrán patrio: pleitos tengas y los ganes. Hay tal impunidad que muchos echan la llave al pisito o se pasan al alquiler turístico y... ya saben el lío que hay...

En España, he de reconocer, hay seguridad jurídica. Me lo jura un amigo magistrado. Aunque él mismo añade que “los plazos para hacer cumplir la ley son tan largo y tan flexibles que la sensación generalizada es que no; que no la hay. Pero la hay”. Ahí te quiero ver.

En el Índice Internacional de Derechos de Propiedad 2023 que elabora la Property Rights Alliance y publica el Instituto de Estudios Económicos resulta que España está en el puesto 22, de 37 economías desarrolladas; un 4,2% por debajo del promedio observado en la Unión Europea. Sí, Álvaro: haberla, hayla; pero… Eu non creo nas meigas, pero habelas hainas.

Aquí, si los inquilinos te dejan de pagar y se quedan en el pisito, te jodes y bailas al son que ellos marcan porque no te queda más remedio que hacerte cargo de sus gastos y tus gastos (comunidad, IBI, hipoteca, agua, luz, etc.) y seguir sin percibir ingresos en concepto de alquiler. ¡Olé! Y no les digas nada que te denuncian. Y si se van, a ver cómo consigues cobrar la adeudado y los posibles daños. Una ruina.

Por eso, echas el cierre y buscas la oportunidad de rentabilizar la inversión que realizaste con tus ahorros o con aquella primitiva que te cayó o con el pisito que te legó Petrita, que seguro tuvo hijos con Rodolfo y eres heredero único de la buena señora. Muchos se pasan al alquiler turístico más ágil, más rentable, más resolutivo.

Un estudio de investigadores del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona sobre los pisos de Airbnb (2007 y 2017) concluyó que este tipo de actividad causa el incremento de alquiler y encarece la compra en las zonas de Barcelona donde se instalan estos alojamientos.

Desde FEVITUR el amigo Sotillos me dice de continuo que nones y, donde quiera que va, sostiene que no puede achacarse el problema de la vivienda en España a la existencia de pisos turísticos: “El nivel de viviendas de uso turístico en España es sólo el 1,15% del total construido”.

Y eso me reafirma: sólo una seguridad jurídica real y actuar en consecuencia en la construcción de vivienda protegida -pública o privada- podría ser la verdadera solución al problema del alquiler para el acceso inicial a la vivienda.

Ahora mismo, sólo el 10% de lo que se construye es vivienda protegida; y de ese 10%, el 80% proviene únicamente de inversión privada. ¿Oído, cocina?

El caso es que si hubiera más vivienda pública y -¡atención!- sueldos en consonancia no tendríamos estos problemas de ir arremetiendo contra el modelo productivo que es el que es: contra el Turismo.

Y con la que está cayendo… del turismo diremos que… Eppur si muove…

 

 


 



[1] Batán: máquina generalmente hidráulica, situada en un curso de agua, compuesta de gruesos mazos de madera, movidos por un eje, para golpear, desengrasar y enfurtir los paños.

[6] SENTENCIA 61/1997, de 20 de marzo; (BOE núm. 99, de 25 de abril de 1997) en https://hj.tribunalconstitucional.es/es-ES/Resolucion/Show/3326

[8] Tipo de vivienda característica del viejo Madrid, diseñada como casa de corredor con armazón general de madera, cuyos balcones dan a un patio interior. Modelo de edificación de vecindad populosa y castiza de los siglos XVII, XVIII y XIX.

16 abr 2024

DE UN LIBRO... BENIDORM LA NUIT...

 

 

Me había planteado Ana Pellicer, concejal de Patrimonio Histórico y Cultural del Ayuntamiento de Benidorm, presentar el libro de Pedro Delgado Casals que lleva por título “Playa, sol y platillos volantes. Una guía Pop de Benidorm y la Marina Baixa (1958-1978)”. En la inconsciencia que me caracteriza dije que sí y me metí en faena.

Ante un Salón de Actos repleto y con muchísima gente que no pudo entrar intentando hacerlo, rebasando el reloj las veinte horas y diez minutos del lunes 15 de abril, a los acordes de ‘Sótano[1], un tema de un quinteto roquero de Benidorm –Ringo Rango-, entramos en faena.

En la mesa, el autor –Pedro Delgado-, el editor –Vicente San Juan-, Juan Antonio Portolés “Lou” y yo, conduciendo el acto. En la pantalla, un sinfín de imágenes de aquellos momentos del periodo 1958-1978.

Y me arranqué: “No existe una definición unánime sobre la felicidad, pues depende de muchos factores. Entre ellos, el ocio y los llamados hechos culturales, un cajón de sastre donde cabe casi todo. La música es un hecho cultural; este acto también”.

Abría así una auténtica jam session –en el estrado: una batería, un teclado, un bajo y una guitarra- en la que iba a salir a la luz una apasionante historia que, les juro, me hubiera gustado vivir en primera persona -aunque implica haber nacido década y media antes- porque sigo atrapados en los microsurcos del Aqualung de Jethro Tull[2]; entre Hymn 43 y Locomotive Breath, en concreto.

 


-I-

Tal vez más acelerado que de costumbre -quería ganar tiempo y no restárselo al protagonista y colaboradores- quise sentar las bases de la noche.

Y les dije: “Hayan visto lo que hayan visto en el cine -y leído en novelas-, la noche y el ocio eran propiedad de la Corona; y el clero las cercaba. El ocaso solar marcaba el final de todo; menos de los aquelarres… hasta que el Rey Sol de Francia –Luís XIV- lo transgrede y decide proyectar su luz de poder -amparado en las velas- más allá del crepúsculo. En fin, que, hasta mediados del XVIII la fiesta termina con el ocaso. No había noche para la farra”.

Vamos, que hasta bien entrado el XIX no hay fiesta nocturna más allá de París y la cosa no prosperará hasta la industrialización de las ciudades y la llegada del ocio urbano y -detallito a tener en cuenta- ¡la electricidad!; aunque algún antropólogo ilumine fugazmente el tema con luz de gas.

Al caer la noche, cada mochuelo a su olivo.

Sepan, mantengo que la fiesta nocturna en sí, con toda su fortaleza y esplendor, tiene poco más de un siglo.

Y sólo se universalizará a partir de la IIGM, ya en los años 50, cuando Le Güisqui a Go-gó[3] parisino salte el charco y en forma de franquicia recorra los Estados Unidos abriendo garitos, desde Chicago a Los Ángeles, hasta reinar en Sunsent Boulevard, donde Rhonda Lane pinchaba discos en su jaula y, de paso, ponía de moda a las go-gó dancers

Con esta premisa les adelanté que -leyendo el libro- verían que Benidorm estuvo en la vanguardia mundial y muy por delante de media Europa… desde 1942 hasta hoy en materia de fiesta nocturna.

Ya en faena, conté que Marc Bolan[4], el padre del Glam, el líder de T. Rex, nos había contado, hablando de discotecas (Ballrooms of Mars)[5], que “hay cosas en la noche que es mejor no ver”. Y ponía por testigos a Bob Dylan y a Alan Fred. Vale, si hay cosas que es mejor no ver, no los veamos; pero que alguien nos las cuente.

Y eso es lo que hizo Pedro Delgado Vals, licenciado en Historia, baterista profesional, director de Pipus Records[6], curioso, tenaz y perfeccionista que ya en su momento escribía en fanzines y, ha entrado, por fin, en los orígenes del Pop en Benidorm y nos ha radiografiado la noche.

 

-II-

El jueves 28 de marzo, Jueves Santo, Miguel Torres me pasó un mensaje sobre la presentación de este libro prevista para el 15 de abril. Me quedé impactado, reclamé el libro, me lo hicieron llegar y… entre esa tarde y “la madrugá” me lo terminé. Primera lectura completa. Fascinante; pero se me quedaba corto.

En Viernes Santo segunda relectura, ya tomando referencias.

El Sábado -día de luto y reflexión antes de la Gloria y la Resurrección- llegó la tercera y definitiva, con apuntes, subrayados y espíritu crítico. Absolutamente total. Tengo en el libro más anotaciones y referencias que en un manual de cuando la carrera.

Este libro es la plasmación de un Benidorm emocional, un Benidorm de glamour; aquel Benidorm desarrollista, de los años 60 y 70 donde cualquier cosa era posible; y en Benidorm se hacía realidad.

Aviso que hay de todo entre sus páginas: antropología social y turística, prospección e introspección vivencial, urbanismo del ocio, biografías de leyenda –algunos de los protagonistas asistían entre el público-, momentos historicistas, narrativa musical, entrevistas, protagonistas variopintos propios de un mundo sin igual como aquel y un escenario único e inigualable: un Benidorm en absoluta ebullición.

 

-III-

Este libro refleja el idilio de Benidorm y su juventud con la música del momento y lo fascinante de las locuras emprendedoras de los pioneros locales. 22 capítulos que se pasan en nada: te dejan a la espera de más. Y están repletos de vivencias, referencias, datos y relatos. La historia de un momento y una ciudad con sus lugares y protagonistas.

Sí, sin lugar a duda, este es el libro que a Pedro Delgado Casals -a quien conocí brevemente el 8 de abril pasado, junto a Toya y César-, le hubiera gustado leer sobre el ocio nocturno en Benidorm, despejando dudas y abriendo el camino a que muchos recuperen sus recuerdos, su memoria y su juventud.

Sí, es un homenaje a todos los que ayudaron a crear el mito de Benidorm la nuit; y bien documentado. Aunque, seguro, Pedro, que a partir de hoy sale alguien que puede aportar algo más. Bendito sea, porque esta aventura no ha hecho más que empezar gracias a tu trabajo. Desabrochen pues sus neuronas y aporten lo que puedan.

Es una vivisección, en la memoria latente de un organismo complejo como es Benidorm, al compás de la música que se vive y siente, que se escucha y baila, que se interpreta y extasía en todo tipo de locales. Y no olvida puntualmente la comarca.

Esta guía recorre un tiempo que Pedro acota entre el Conjunto Iris y el cabaret Tabaris, pasando por la intrahistoria de cada momento, los personajes protagonistas y las benimérides (efemérides benidormenses), para situar cada cosa en su contexto a través de una línea del tiempo que marca el Festival de Benidorm, año a año.

 

-IV-

Y luego estoy yo. Yo he alucinado con el devenir de los proyectos, la singularidad de los personajes y lo punteros que fuimos en todo, marcando una época.

Ha sido un despiporre de sensaciones encontradas y he constatado la materialización de historias que me habían contado y este libro ha corroborado.

Benidorm puede sentirse muy orgullosa de un pasado esplendoroso donde muchos se verán retratados y/o sentirán añoranza.

227 páginas en la que me he reencontrado con muchos con los que compartí la segunda mitad de los 80 y cuando yo les señalaba lo fantástico que era vivir aquellos momentos me decían: ¡Pues no veas lo qué fue esto en los 60 y 70!

Y ahora lo he visto; vamos, lo he leído con la fuerza de un visionado.

Así es que, aprovecho esta presentación para felicitar a Pedro Delgado Casals por su entusiasmo, investigación, dedicación, perseverancia y entrega a la causa; a Vicente San Juan por materializar este imponente trabajo y y ya metido en faena, a Ana Pellicer y al equipo de la Concejalía de Patrimonio Histórico y Cultural por apoyar esta iniciativa.

Seguro que, en cuanto tengan este libro en sus manos y lo disfruten como he hecho yo, serán capaces de transportarse hasta ese tiempo, vivir el momento, entrar en los locales, saludar a la concurrencia, sumergirse en el instante y alumbrar muchos detalles más que servirán para reafirmar el acierto, la oportunidad y la idoneidad de reflotar aquellos momentos y colocar a Benidorm en el lugar que le corresponde en este mundo de felicidad al que se llega por la música, el ocio nocturno, los protagonistas y los locales.

Esta es una historia apasionante, única, pionera y fascinante. Una historia de Benidorm la nuit con todos sus protagonistas, muchos de los cuales, venciendo al paso del tiempo, acudieron a la cita.

 

-V-

Y, de colofón, el fin de fiesta que surgió en el instante siguiente a levantarnos de la mesa. Pedro llamó a sus amigos de New Experience –quien tuvo, retuvo-, que militaron en las filas de Los Signos (60's), Blue Stars (70's) y Control (70's), tres grupos de rock de Benidorm. Sí, provectos músicos con una garra increíble. Y allí sonó lo mejor de Dire Strait, Carlos Santana, Cream… ¡increíbles! Ahí estaban Benjamín García González (batería), Antonio Cano (guitarra), Emilio Cebrián (teclados) y Andrés Garcia (bajo) sacando a relucir virtuosismo, ritmo y cadencia –que ya quisiera un veinteañero- para terminan llamando a Germán Herrera y a Pepe Pareja -cantantes- para evidenciar que siguen siendo alma y espíritu de rock. Fue un déjà vu con Los Signos, Los Diapasons, Control, Benidorm Avenida, Blue Stars, los Dugan, Bambú… musicazos con galones de míticas orquestas y bandas que marcaron décadas en Benidorm y crearon algunos temas locales de impacto. Se nos despidieron con un clásico del grupo setentero granadino Los Ángeles, ‘Momentos’… se que tú quisieras empezar otra vez, pero ya no es el momento de volver

¡Cómo que no!

Esto exige continuar donde Pedro ha dejado esta etapa; a partir de 1978.

¡Ánimo, Pedro!

 

 

 



[1] https://www.youtube.com/watch?v=BW-btVDexEE

[2] Aunque soy alma de Blues -Robert Johnson, Muddy Waters, BB King, Albert King, Buddy Guy, Eric Slowhand Clapton, Rory Gallagher, Gary Moore, Stevie Ray Vaught, Joe Bonamassa… y alucino con Memphis Minnie, Ruth Brow y Carry Smith… y no te digo con Sue Foley y Beth Hart...- el sonido de la flauta del escocés me encandiló muchos años....

[3] Le Whisky à Gogo, fue un club parisino que abrió en 1947 en la rue de Seine bajo el formato de actuaciones en directo, música grabada en disco, fiesta y bebida. Se puede considerar como la primera discoteca en concepto moderno. El estreno y éxito de la película de 1949 Whisky Galore!/Tight Little Island (aquí traducida “¡Whisky a raudales!”/”La pequeña Isla”) catapultó al whisky en todo tipo de garitos y dio fama a la nueva sala de Paul Pacine que triunfó espectacularmente entre los militares norteamericanos y en la jet parisina de postguerra.

Whisky Galore! se basa en una novela del nacionalista escocés Compton MacKenzie que a su vez se basa en un hecho real ocurrido en 1941. En clave de humor la película relata los sucesos vividos en la Isla de Eriskay, en las Hébridas exteriores, ante el racionamiento de whisky por la guerra y el naufragio del SS Politician (en 1941) que transportaba 28.000 cajas de whisky de malta. Los lugareños organizaron expediciones de rescate para los tripulantes y la preciada carga. Las autoridades británicas no lograron impedir que los escoceses se quedaran con el whisky, fracasando en el intento para regocijo escocés.

La fama del local saltó el charco. En 1958, el primer Whisky a Go-Go en Norteamérica abrió en Chicago y se fue extendiendo. A modo de franquicia, el 16 de enero de 1964 abrió en el distrito de Hollywood, en la ciudad de Los Ángeles, California, el más famosos de los Whisky a Go Gó; en el 8901 de Sunset Boulevard, en Sunset Strip, con una actuación en vivo de Johnny Rivers y una DJ llamada Rhonda Lane, que pinchaba discos desde una jaula suspendida a la derecha del escenario. Cuando, en julio de 1965, la DJ bailó durante una actuación, el público pensó que era parte del acto y así nació el concepto de las go go dancers.

[4] Marc Bolan (1947-77) fue el líder del grupo Tyrannosaurus Rex;  T. Rex en una segunda fase. Está considerado como padre del Glam Rock (Rock glamuroso). Arrancó en la subcultura Mod (trajes, parkas, scooters, anfetas y noches de pista de baile). Ferviente admirador de Bob Dylan (Bolan es un acrónimo de Bob Dylan), su Children ofr the Revolution marcó un punto de inflexión en estilos.

[5] Radio Futura hizo una versión patria -Divina (Los bailes de Marte)- pensando en Alaska (“estuviste con Kaka de Luxe, pero no te oí cantar) y sustituye a David Bowie por Bon Dylan y a ‘tu mami’ por Alan Fred. Pero concluyen que “hay cosas en la noche que es mejor no ver”

[6] Pequeño sello discográfico con sede en Benidorm dedicado a promocionar y a editar discos en vinilo de grupos de rock y pop alicantinos principalmente noveles que cantan en castellano, en valenciano o en inglés. Organizan un pequeño festival de rock con sus artistas brindando la oportunidad para intentar lograr una carrera profesional. Promocionan y lanzan a artistas con repertorio propio. https://www.youtube.com/channel/UC6TxRSForr3cUCpl70qylPQ

1 nov 2023

DE ISRAEL. DIGO... (I)

  

No ha mucho caminábamos hacia un idilio en las relaciones de Israel con sus vecinos árabes. En los últimos años, Israel había estrechado sus relaciones con los estados del Golfo, impulsados por una animadversión compartida hacia Irán. Entre agosto y diciembre de 2020, por los Acuerdos de Abraham[1], que potencian el papel de Arabia Saudí, cuatro países árabes -Emiratos Árabes, Sudán, Marruecos y Baréin- establecían relaciones; Marruecos incluso firmaba acuerdos de defensa. A fecha de hoy, 164 de los 193 países de la ONU reconocen al Estado de Israel. Se mantienen en su negativa a hacerlo Irán, Argelia, Afganistán, Venezuela, Kuwait, Líbano, Libia, Sudán, Siria, Arabia Saudita, Omán, Iraq, Pakistán, y Qatar.

Afectado por lo que pasa en Israel y con Israel; traumatizado por los asesinatos; desconcertado por las reacciones; incómodo por el tratamiento informativo; compungido y apesadumbrado por el desarrollo de los acontecimientos; perplejo por la determinación con la que se está actuando, atónito ante muchos posicionamientos y desesperanzado ante lo que pueda venir, escribo esto... porque esto es una cuestión colonial mal resuelta desde finales del XIX.

 

Como explica el profesor de la Complutense Julio Trebolle[2], “Israel nació a la historia en medio de pueblos del antiguo Oriente que poseían una larga tradición guerrera y concepciones muy arraigadas en torno al carácter sagrado de la guerra”. Pues así, de guerra va; ¡qué les voy a contar!

‘Antiguo Oriente’ esa sí que es una buena localización para comenzar esta historia. Se trata de un territorio de Asia occidental en tránsito hacia noreste de África integrado en la llamada Media Luna Fértil[3]; el lugar de la revolución neolítica[4] y de la revolución urbana[5]: las ciudades. Y más que un territorio, el término supone una transición entre el IV milenio a.C. y el siglo VI a.C., pero que sigue ahí.

Es el lugar que todos estudiamos en la escuela o en el instituto donde nos hablaban de Mesopotamia (Asiria y Caldea), Persia y Media, Fenicia, Canaán y Siria, el valle del Jordán, la Arabia preislámica, Anatolia, Egipto y Creta. Y es que, parece a la vista de los acontecimientos, tal como se supone que lo aprendimos, lo olvidamos. Tal vez sea porque, en su día, lo compusimos como una imagen mítica y no real.

Esta historia de Israel comienza en la Edad Antigua[6] en el territorio de Canaán, una franja de tierra entre el Mediterráneo y río Jordán; es Asia, pero estamos en la orilla del Mediterráneo.

Hasta ahora sabemos que una cultura originaria de Siria se estableció en Canaán y tras ella se sucedieron las migraciones. Jericó[7], en el valle del Jordán, al Este de Jerusalén, es una de las ciudades más antiguas habitadas de contino desde hace 9.000 años.

Pero la de esta tierra, en sus conjuntos, y sus gentes es una historia que arranca sobre el 3.000 a.C. y que en una de sus etapas llega hasta el tiempo en que Roma, la Roma imperial, ordena cambiar el nombre al territorio como castigo a los hebreos tras una rebelión entre los años 132 y 135. Será entonces cuando, para humillarlos, llamen a aquella tierra Palestina; pero este post va de Israel y de la forma de ser del colonialismo británico que nunca hizo amigos y traicionó a todos.

Comienza esta historia en el tiempo en que se unifican tribus y surgen las primeras civilizaciones, en torno a ciudades-estado que funcionan con jerarquización social, imposición de tributos y apropiación -por ser exquisitos- de excedentes de producción de las demás ciudades, tribus y pueblos en cuanto disponen de un ejército suficiente para hacerlo; es una historia siempre supremacista de conquistas y sangre. No es una historia de derechos.

En Canaán, el territorio en concreto al que me refiero, “vivían” los cananeos; y cananeos eran todos los entes tribales que estaban allí. Lo mismo fenicios -en Tiro y Sidón- que los hebreos de Galilea, Samaria, Judea, Perea… que tuvieron siempre el pecado original de vivir en una tierra continuamente codiciada por todos sus vecinos; una tierra que lo mismo les surtía de cereales, agua, vino y miel que, por sus montañas y desiertos de piedra y arena, les servía de endeble dique de contención -porque era frecuentemente superado- frente a otros pueblos codiciosos. Esta es la historia del ser humano de toda la vida.

Por allí, por Canaán, fueron pasando en la antigüedad todos los pueblos e imperios guerreros de la época que transitaban de Asia al norte de África. Y hasta allí, sobre las tribus hebreas principalmente, se dejaron caer los amorreos[8], los egipcios[9], los hicsos[10], los hurritas[11], los hititas[12] o los filisteos[13], que se integraban en el grupo de ‘pueblos del mar’[14] -con el que bautizaron los egipcios y otros pueblos a todo el que llegara a través del Mediterráneo-; también subieron hasta allí las distintas tribus y clanes árabes[15], llegaron los macedonios[16], los bizantinos[17], los cruzados europeos, los turcos... los europeos de nuevo… Todos, siempre, guerreando sin parar para someter y disponer de la deseable posición estratégica que aquella tierra tenía en el contexto conocido: único acceso terrestre -desde y hacia Mesopotamia al norte de África y al golfo de Aqaba- que conectaba con Oriente.

Canaán era una tierra -siempre se dijo- de promisión -en aquellos años- con el hidrometeoro lluvia asegurando la producción de la tierra -pastos y cultivos- o negándola en sus desiertos; marcando siempre el paso a sus habitantes. Un territorio que vivía transitando entre la abundancia y la necesidad -de siglo en siglo-; un lugar muy concreto donde se enclavó la tierra prometida al primer patriarca, Abraham[18] -Yahvé ordenó a Abrahán que dejara su tierra, el país de Ur (Mesopotamia), y emigrara a Canaán[19]-, y sus descendientes… y todas las religiones abrahámicas[20] tiene los ojos puestos en Jerusalén, el punto clave de este territorio, y el conjunto del mismo.

Canaán, ya dije, tenía sus propios pobladores: los cananeos. Y, entre ellos, las tribus hebreas. De lo poco que hay claro sobre aquellas tierras en la antigüedad es que aquellas tribus hebreas -¿doce?-, bajo un líder -¿el rey David?-, se unieron y se enseñorean del territorio que habitaban entre el río Jordán y el Mediterráneo. Hoy podemos situar al David en un contexto de realidad histórica a partir de la Estela de Tel Dan[21]. Hay evidencias científicas -en las excavaciones de Tel ‘Eton[22]- de la existencia de los reyes David y Salomón y del reino de Israel. Y sabemos que egipcios, asirios y babilonios volvieron a dominar el territorio a la muerte de Salomón.

Y fue bajo el faraón Tutmosis III, cuando, por primera vez, el ‘reino’ de Israel quedó bajo tutela egipcia y tuvo que satisfacer cargas impositivas con la obligación de envíos regulares de impuestos, mercaderías, esclavos, prisioneros y “muchas jóvenes, muy bonitas y sin defecto alguno[23].

Las estelas egipcias dan cuenta del pueblo de Israel[24] -que habitaba la tierra de Kinahni (Canaán)-; como lo hicieron después las inscripciones de Karnak (1208 a.C.) y los jeroglíficos del templo de Medinat Habu (1155 a.C.), en Tebas.

La dominación egipcia, por espacio de tres siglos, generó innumerables revueltas que se aplastaban a sangre y fuego, reafirmando la autoridad del faraón de turno, y terminaban con la deportación de un buen número de los rebeldes hebreos.

La mejor descripción física de Canaán la ofrecen los hebreos y se encuentra en el Génesis[25] (10:19) donde se detalla que el territorio de los cananeos se extendía desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma, Gomorra, Admá y Zeboyin, hasta Lasa. De Sidón a Gaza, por la costa, y hasta donde alcanzan las montañas de Emath (Jebel ez Zoble) por el noreste y este, y el desierto moabita al sureste. Sidón hoy es Líbano; Gerar se corresponde con el yacimiento israelí de Tel Haror[26]; Gaza es Gaza; Sodoma, a orillas del Mar Muerto, fue destruida, lo mismo que le pasó a Gomorra y Admá (hay arqueológicamente documentado un episodio sobre un meteorito en la zona hacia el 3.700 a.C.); Zeboyin, coincide con unas ruinas en territorio de Jordania; y Lasa está localizada cercana a las montañas del sistema de Jebel ez Zoble. Un territorio histórico fácilmente reconocible donde estaba el reino de Israel; y también el de Judá.

Aquel reino de Israel tenía fronteras al norte con las ciudades fenicias y el imperio asirio; al este se localizaban los reinos de Aram y Amón. Al sur estaba el Reino de Judá, hebreos también como ellos, y que no tenía salida al mar. Una pequeña parte de la franja litoral la ocuparon por un tiempo los filisteos, y lindaba Judá con tribus árabes y el reino de Edom por el sur y por el oeste el mar Muerto les separaba del reino de Moab.

Modernamente esta descripción la corrobora la labor investigadora del profesor Finkelstein[27] y sus trabajos para documentar los orígenes del reino de Israel.

Y como ya hemos referido, mientras se sucedieron las dinastías de faraones no nos faltan los “documentos” de la existencia de Israel (pueblo y reino) por el que los egipcios sentían predilección guerrera. Desde el 925 a.C. los faraones de la dinastía XXII asaltan una y otra vez aquellas tierras de Canaán. Pero hacia el año 850 a.C. comienzan las irrupciones de los asirios -con una crueldad nunca vista hasta entonces, que cuentan los egipcios- y terminan haciéndose con el control del Reino de Israel. Las fuentes asirias -como el obelisco negro de Salmanasar[28] (827 a.C.)- citan al pueblo de Israel; como las piedras moabitas -Estela de Mesa[29]- dan cuenta tanto del pueblo de Israel como de su dios Yahweh; como las referencias de los persas aqueménidas (550 a.C.) señalan aquel territorio como Yehudá (Judea) y dan cuenta de la deportación de buena parte de sus habitantes.

Un detalle, a no perder de vista. Hacia el 1.150 a.C. las fuentes egipcias señalan la llegada de oleadas de “Pueblos del Mar”; fue en tiempos de Ramsés III. Uno de aquellos pueblos fueron los filisteos… y se convirtieron en los enemigos acérrimos de los hebreos; los philistinus de Flavio Josefo… y de ahí saldrá, con el tiempo, la referencia “palestinos/Palestina”.

Aquí llegados, centremos ya la cuestión filistea: su pentápolis -cinco ciudades: Ascalón, Asdod, Ecrón, Gat y Gaza- se estructurará, más o menos, sobre la actual Franja de Gaza y terminarán absorbiendo la cultura cananea y se difuminarán en la historia. Desde el 722 a.C., tras la irrupción asiria, no hay más referencias a ellos.

El asirio es otro imperio que también documenta y cuenta sus hechos[30]; y es con ellos -y no con los egipcios- cuando en una de las deportaciones masivas de judíos (en el 722 a.C.) se llevaron a todos los hebreos a Nínive. Es en esta época -y no bajo los faraones- cuando se fragua, en el sentir de Israel como pueblo, lo del éxodo[31].

Desde el 533 hasta el 525 a.C. los hebreos establecidos en Canaán pasan a ser una provincia del Imperio persa y es, precisamente, Ciro II el Grande quien ayuda a la restauración de Jerusalén, impulsando el culto tradicional a Yahweh, el Dios de Samaría y Judea. Este periodo persa permisivo fue decisivo en la composición de los libros que componen la Biblia.

Con los macedonios de Alejandro Magno, a partir del 334 a.C. los judíos se impregnan de los elementos de la civilización, el arte, la técnica, la lengua o la filosofía helénicas, que se manifiesta compatible con sus propias tradiciones. Es en esta breve época cuando se ponen las bases para el judaísmo y, además, se puede llegar a entender el contexto en que nació el cristianismo. Y bajo el dominio del reino ptolomeico[32] de Egipto es cuando, por ejemplo, se traduce la Torá al griego.

Pero volvieron los tiempos difíciles. A comienzos del II a.C. pasaron las tierras de Canaán a estar bajo los seleúcidas[33] de Siria que intentaron erradicar todo vestigio de la cultura judía. Pero indomables, al mando de Judas Macabeo, los judíos liberaron Jerusalén (141 a.C.) y quedaron soberanos de sus tierras -dinastía asmonea- hasta la llegada de las tropas de Pompeyo en el 63 a.C. y volver a estar bajo dominio extranjero, ahora de Roma -provincia de Judea-, donde se coloca a Israel en el status de reino tributario.

Judea no estaba considerada como provincia imperial, ni siquiera senatorial; fue despreciado a nivel de territorio subordinado a la provincia de Siria. Roma obtenía muy poco de Judea, pero le importaba porque controlaba las rutas terrestres y marítimas costeras hacia Egipto, el granero del Imperio, y era un territorio fronterizo ante los partos iranios. Tal era el control de Roma sobre aquella provincia que fue el Senado romano el que nombró a Herodes I[34] rey de Judea, Galilea, Samaria e Idumea.

Pero los judíos se rebelaban una y otra vez contra Roma. En el año 66 se desata la primera guerra judeo-romana… y me viene a la memoria la numantina defensa de Masada -la increíble rampa para su asedio y que se inmolaran cerca de mil hebreos en su interior antes de caer prisioneras[35]-. A partir del año 70 d.C. con la destrucción del templo de Jerusalén, por las legiones de Tito, comienzan nuevamente las deportaciones y la dispersión, el Galut[36], porque Roma es férrea en sus decisiones y no quiere que se repitan los acontecimientos. No fue lo suficientemente rápida y efectiva porque se suceden las rebeliones.

En la tercera guerra judeo-romana, en el 132 d.C., el emperador Adriano ordenó una nueva deportación masiva de judíos, escapando de ella mínimas comunidades que se dispersaron por el desierto; en el 135 d.C., durante la revuelta de Bar Kojba, Jerusalén fue arrasada para evitar el retorno de los judíos y sobre sus ruinas se ordenó la construcción de la ciudad romana de Aelia Capitolina, donde los judíos tenían prohibido vivir[37]. Y se dispuso que la Legio VI Ferrata de forma permanente permaneciera en el lugar donde estuvo el segundo Templo de Jerusalén, destruido por las legiones de Tito en el 70; sólo queda desde entonces el Kotel o Muro de las Lamentaciones.

Para completar la humillación a los judíos, se renombró a la región.

Para ello se eligió el nombre de los filisteos -philistinis- a quien Roma identificó como los más sucios enemigos de los judíos. Así se renombró Canaán, la provincia romana de Judea, como provincia de Siria-Palestina. En esa época, la población judía lo pasó mal -esclavizada y exiliada- y la religión judía prohibida, con lo que el centro de la vida religiosa pasó a Babilonia, donde permanecía una importante colonia desde la deportación de Nabucodonosor.

Si esto llega a orejas de Maduro -en el poder desde 2013, no se me olviden-, lo mismo me cambia el texto y es el imperio español -una vez más[38]- el responsable de esto; pero espero que tenga otras fuentes de información.

Hoy, arqueología y ADN por medio, sabemos, como ya adelantamos, que los filisteos llegaron a las costas de Oriente Medio desde el Egeo -de Creta y de Grecia, principalmente-; e incluso hay rastro de más al Oeste aún. Vamos, de origen europeo. Y como se integraron en el conjunto cananeo no hay fórmula de hallar diferencias con los israelíes actuales.

Y no he contado aún lo de Moisés, la etapa en Egipto y la marcha por el desierto camino de la Tierra Prometida, por muchas razones que no vienen al caso, aunque ya lo he dejado caer un poco más arriba. Y sobre deportaciones y cautiverios judíos, sí están documentadas en Asiria y Babilonia… en torno al siglo VI a.C. que es cuando surge el texto de Moisés. No entro en el personaje, contexto e historia, aunque en mi post de diciembre de 2014 sobre los vientos de repulsa[39] ya conté que muy bien pudo cumplirse la narración bíblica en esa parte del planeta porque se dan las condiciones físicas, orográficas y meteorológicas.

Vuelvo a la etapa, aunque seguimos en la Edad Antigua que, como estamos viendo va desde el 3.000 a.C. a la caída de Imperio Romano… para la que aún quedaban unos años.

A principios de siglo IV el imperio romano está gobernado por una tetrarquía: dos augustos (emperadores) y dos césares compartían el poder. Constantino, uno de los augustos, unifica de nuevo el poder imperial en el 324; Constantino, que reformó y cambió tantas cosas -hasta declaró día de reposo semanal el domingo y lo viene siendo desde el 7 de marzo del 321- trasladó la capital imperial a Bizancio y la rebautizó: Constantinopla. Constantino fue quien inició la legislación sobre los judíos -entre la permisividad y el desprecio- llegando a bautizarse como cristiano poco antes de morir. Su madre, Santa Elena/Helena, peregrinó a Jerusalén y… fue ella la que descubrió casi todas las reliquias del Cristianismo[40].

En septiembre del año 394, a la muerte del emperador Teodosio, se divide el imperio romano entre sus hijos Honorio y Arcadio. Y Flavio Arcadio, nacido en Hispania (durante el exilio de su padre), es el emperador de Oriente, donde está la provincia de Siria-Palestina[41].

Los años finales del imperio romano resultaron una etapa dura para la religión hebrea, pues se apuntaló el cristianismo en torno a los Santos Lugares; las peregrinaciones habían comenzado, tras Santa Elena, hacia el año 333[42]. Aunque se mantuvieron algunas comunidades judías en el conjunto territorial, el cristianismo configuró la religión principal de la región.

Bajo el dominio del imperio bizantino no le fue mal al conjunto de las viejas tierras de Canaán, pero de inmediato llegaron los gasánidas[43], un clan árabe cristiano desplazado desde la península arábiga que tomó el control; con los gasánidas en el territorio las revueltas judías se sucedían (Revueltas Samaritanas[44]).

Preparando esa irrupción árabe del siglo V habría que destacar la existencia de relaciones comerciales entre las ciudades de la región y las tribus árabes del Hejaz/Hiyaz, especialmente en las ciudades al sur de Petra y Gaza. Y así penetró el Islam por aquellos flancos.

Nada más despuntar el siglo VII, hacia el 610, Jerusalén se convirtió en la qibla (punto focal para la oración musulmana) del Islam y lo fue durante catorce años hasta que fue reemplazada por La Meca (624). Los bizantinos recuperaron momentáneamente el control del territorio (629) y castigaron severamente a los judíos, pero fueron derrotados en la batalla de Yarmuk (636) y desaparecieron del territorio tras la conquista de Jerusalén por el califa Omar[45] (638). Fue entonces cuando se firmó el Pacto de los Umariyya[46], con los derechos y obligaciones de los no musulmanes en aquellas tierras, aunque nuevamente se prohibía a los judíos vivir en Jerusalén, aunque sí entrar a sus sinagogas. Y se posibilitó a los cristianos el hacerlo hacia sus Santos Lugares.

A partir de entonces la región -Yund Filastin[47]- quedó bajo el poder de los califatos Rashidun y Omeyas en la conformación del vasto Imperio Árabe Musulmán. Con la irrupción de los abasíes de Bagdad se vivió una etapa de fuerte desarrollo del comercio entre Oriente y Occidente con lo que pisanos, genoveses, marselleses y venecianos iban y venían mercadeando en aquellas latitudes siendo testigos de las continuas revueltas judías, cada dos por tres, sofocadas cada vez con mayor dureza.

Pero aún con toda la represión en marcha los judíos siguieron controlando la mayor parte del comercio y prosperaron como Gentes del Libro[48], bajo la institución del dhimmi[49]. A pesar de ser ciudadanos de segunda, no sufrieron ninguna persecución importante, ya que no constituían amenaza política ninguna. De hecho, los judíos se adaptaron al mundo árabe, aprendieron su idioma y ocuparon posiciones diversas en todos los sectores de la escala social, incluida la corte.

Con los fatimíes de Egipto, los cristianos europeos tuvieron los primeros problemas de peregrinación a Jerusalén… y comenzaron las cruzadas en el empeño recuperar Jerusalén; es el caso de la Primera Cruzada (1096-1099). Era ‘Tierra Santa’ en el Levante Mediterráneo y hasta allí fueron, se llegaron y crearon por las armas efímeros reinos cristianos[50].

Por aquellos días existían comunidades judías por todo el Mediterráneo y en los reinos cristianos europeos. Ya en el Concilio de Elvira (Granada; 300-324), siglo IV, aparece la mención más antigua a los judíos que existe en España; imponiéndoles normas, claro.

No se les perseguía abiertamente, pero se les estigmatizaba, práctica que iniciaron los musulmanes, tras el asesinato de Omar (644), obligando a los judíos a llevar cintos o telas amarillas y siluetas de asnos (y sombreros puntiagudos) -y de color azul y de cerdos para los cristianos-. Esa costumbre de señalar la adoptamos en Europa y el IV Concilio de Letrán (1215) se implementó como obligatorio el distintivo amarillo -el color del azufre y la traición- (o rojo) para los judíos en la Cristiandad como marca de la infamia... y comenzaron las expulsiones.

Hasta bien entrada la Edad Moderna, los judíos vivieron en Europa sujetos a las leyes cristianas, trabajando como agricultores, artesanos médicos, intelectuales, recaudadores y prestamistas. La usura, recordemos, estaba especialmente mal vista en la Europa medieval, lo que les acarreó cierta inquina. Y eso, unido al aislamiento socio-religioso, a su endogamia y al estigma de la crucifixión de Cristo les hizo víctimas de persecuciones promovidas ante calamidades naturales o pandemias.

Además, desde sus orígenes, el cristianismo se presentó a sí mismo como el ‘Nuevo Israel’ y se escandalizaba de que los judíos persistieran en seguir esperando la venida del Mesías. Esto es clave: la Iglesia católica europea medieval no podía permitir que los judíos negaran a Jesucristo como el Mesías porque eso ponía en cuestión la existencia misma del cristianismo. Y así surgió la base para la acusación contra los judíos de que eran el pueblo responsable de la muerte de Jesucristo en la cruz. Y durante siglos hubo oraciones de rito católico que señalaban a los “perfidis Judaeis”… y así se mantuvieron hasta que en 1959 Juan XXII las anuló[51].

Volviendo la vista atrás, en el ritmo del relato que llevábamos, a pesar de todo, hasta el siglo XI los judíos vivieron una etapa de cierta tranquilidad bien bajo dominio musulmán -en el viejo Canaán, Egipto, Siria, etc.- o bien bajo dominio cristiano en las tierras de la Europa medieval[52] donde lo más que sufrían era menosprecio y persecución, ataques a sus juderías -envidiados por su prosperidad[53]- o eran obligados a conversiones forzosas. La guetización entre judíos y gentiles en Europa propició auge y desarrollo en sus comunidades, pero siempre estuvieron mal vistos.

En el siglo XI todo cambió para los judíos, estuvieran donde estuvieran. Se les persiguió en el Islam y en la Europa de los reinos cristianos. Buen ejemplo es el caso del sefardí Maimónides[54] en su periplo de un extremo a otro del Mediterráneo. Aquí, en Europa, el hecho determinante fue la destrucción de la iglesia del Santo Sepulcro, en el año 1009, ordenada por el califa fatimí al-Hákim bi-Amrillah, pero a Europa “llegó” que habían sido los judíos. Por eso, cuando -casi noventa años después- la primera Cruzada (1096-1099: la única exitosa) concluye con la toma de Jerusalén (15.09.1099) la venganza cayó sobre musulmanes, pero principalmente contra los judíos[55]. Y en aquella primera expedición militar europea camino de Tierra Santa -y en las ocho restantes- se fueron atacando todas las juderías que se encontraban las huestes cruzadas a su paso[56]. Aquel reino cristiano de Jerusalén, sobre buena parte del Israel de hoy día, duró hasta 1187 cuando cayó en poder de Saladino[57].

Punto clave de mi narración es la Tercera cruzada para recuperar Jerusalén; la de Felipe Augusto de Francia, Federico Barbarroja y Ricardo Corazón de León. Jerusalén no se recuperó. El último reducto cristiano en Tierra Santa fue el reino de Acre, bastión que fue conquistado en 1291.

Ah, llegado aquí, tiempo para un apunte quisquilloso: desde la conquista de los reinos de Sicilia y Nápoles en 1504 por las tropas del rey Fernando el Católico, el título de rey de Jerusalén -que desde el siglo XIII estaba ligado al de Rey de Sicilia- está en posesión de la Monarquía Española. Y hoy el título lo ostenta el rey Felipe VI de España.

El dominio árabe en aquella región solo se vio amenazado en el siglo XIII por los mongoles de Hulagu Khan, momentáneamente establecidos en el Valle de Jezrreel; pero fueron rechazados en la batalla de Ain Yalut (1260) y sólo hubo pequeñas acciones posteriores. Ya en siglo XIV la región pasó a dominio ayyubí, ejercido desde Damasco, donde se potenciaron las ciudades de la ruta Damasco-El Cairo: Safed, Jerusalén y Gaza. Y es por esta ruta fue por donde de nuevo el poder se desplazó al Egipto de los mamelucos. Pero a partir de 1486 comenzaron las influencias otomanas que ya se materializaron decisivas tras la victoria del sultán Selim I en la batalla de Marj Dabiq[58] (1516) donde ya dueños del del territorio, desde Estambul, mantuvieron la estructura mameluca potenciando la diferencia entre aldeas y las tres grandes ciudades siendo Jerusalén la preeminente, a la que se le otorgó la capitalidad de la nueva región -sanjacado[59] de Jerusalén- dentro del eyalato[60] de Damasco.

 

 


 



[1] El 15 de septiembre de 2020 Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, en una ceremonia apadrinada por el presidente estadounidense Donald Trump, formalizaron la normalización de sus relaciones con el Acuerdo de Abraham. La elección de Abraham para dar nombre al acuerdo no es casual, ya que de este patriarca nacen las líneas dinásticas del judaísmo (de Issac) y del islam (de Ismael o Ibrahim, como le conocen los musulmanes). Además, la piedra sobre la que Abraham se dispuso a sacrificar a su primogénito es el lugar donde se erige la Cúpula de la Roca, uno de los lugares que generan más enfrentamiento entre israelíes y palestinos.

[2] Catedrático emérito del Departamento de Estudios Hebreos y Arameos de la Universidad Complutense de Madrid en “Guerra Santa y Guerra Justa en la Biblia; Publicaciones del Ministerio de Defensa (2009). Ha sido director del Instituto Universitario de Ciencias de las Religiones de la misma Universidad y miembro del Comité Internacional de edición de los manuscritos del Mar Muerto. Es presidente de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones.

[3] El australiano Vere Gordon Childe, en los años 20 del siglo XX, acuñó la denominación Media Luna Fértil o Creciente Fértil y la definió como la zona donde surgió primero la Revolución neolítica (VIII milenio a.C.) y posteriormente la Revolución urbana (IV milenio a.C.). Son los actuales países de Irak, parte de Irán, parte de Turquía, Siria, Líbano, Chipre, Israel, Grecia(Creta), Jordania, Arabia y Egipto.

[4] La Revolución Neolítica o Transición Demográfica Neolítica, a veces llamada Revolución Agrícola, fue la transición a gran escala de muchas culturas humanas de un estilo de vida de caza y recolección a uno de agricultura y asentamiento, permitiendo la capacidad de sustentar una población cada vez más grande.

[5] El desarrollo de la agricultura posibilitó el agrupamiento en esos primeros núcleos de población, y su posterior crecimiento. Se necesitó entonces la prestación de servicios comunes para la población que, según la época fueron ganando o perdiendo su importancia. Se trata, por ejemplo, de canales, templos religiosos, circos, teatros, termas, acueductos, red de alcantarillado, pavimentación de las calles, murallas, ordenación urbana... Una actividad que provocó la incorporación de nuevas tecnologías como la rueda, el arado, el torno o la vela; y acentuó la división en clases sociales con la creación de nuevos roles en la actividad económica, política y religiosa.

[6] La Edad Antigua es el período de la historia que se inicia con la invención de la escritura, hacia el 3000 a. C. y finaliza con la caída del Imperio Romano de Occidente, en el 476 d. C.

[7] Los arqueólogos han desenterrado los restos de más de 20 asentamientos sucesivos en Jericó, el primero de los cuales se remonta hace 11000 años. Los abundantes manantiales en la ciudad y sus alrededores han atraído a la población humana durante miles de años. Jericó se describe en la Biblia como la "ciudad de las palmeras" y es escenario principal de los textos bíblicos. Su nombre viene del vocablo cananeo y luego hebreo "luna" -Yareaẖ- nombre que evoca al dios lunar Yarij, del cual la ciudad fue en la antigüedad un centro de culto.

[8] Tribus nómadas muy belicosas llegadas del Asia central que ocuparon la región al oeste del río Éufrates, Siria y Canaán.

[9] La civilización egipcia se desarrolló entre 3300 a. C. y 332 a. C., en el valle del río Nilo, al norte de África. La riqueza de sus recursos naturales y su aislamiento geográfico le permitieron convertirse en una civilización muy poderosa. Tuvo una larga historia, marcada por períodos de unificación y dispersión del reino. Organizó el Estado en torno a la figura del faraón, que era un soberano absoluto legitimado por las creencias religiosas. Su organización económica estaba controlada desde el Estado, a través de un sistema de tributación y redistribución de productos y servicios. Estableció una religión politeísta, cuyos principales dioses fueron Osiris, Isis, Horus y Seth. Tenía una sociedad jerarquizada, con clases privilegiadas que vivían del tributo que pagaba la mayoría de la población. Desarrolló un complejo sistema de escritura que evolucionó a través del tiempo.

[10] Pueblo asiático que se hizo con el control del Bajo Egipto a mediados de siglo XVII a.C. tras atravesar Canaán. Introdujeron el caballo y el carro de guerra.

[11] Pueblo de origen armenio que a la caída del imperio acadio fundaron una serie de reinos: fueron pueblos muy apegados a los caballos. Sus cultos religiosos influenciaron a todos los pueblos con los que interaccionaron.

[12] Originarios de Anatolia que dominaron la equitación y el manejo del carro de guerra. Atravesaron Canaán en su camino hacia Egipto. Sucumbieron ante los asirios.

[13] De origen todavía incierto, englobados en el genéricos 'Pueblos del Mar', tras su enfrentamiento con los egipcios, se establecerían en la costa suroeste de Canaán en cinco ciudades -Gaza, Ascalón, Asdod, Gat y Ecrón -donde fusionaron su cultura con la de la región. Aparecen mencionados en la Tabla de las naciones del Génesis, donde se les atribuye ser descendientes de Mizraím (es decir, de Egipto). Se consideran los tradicionales enemigos históricos del pueblo de Israel. Goliat, el gigante que luchó y fue vencido por el rey David, o la pérfida Dalila, que arrebató la fuerza a Sansón cuando cortó sus cabellos, fueron filisteos.

[14] Denominación con la que se conoce a un grupo de pueblos de la Edad del Bronce que migraron hacia Oriente Próximo durante el 1200 a.C. Navegaban por la costa oriental del Mediterráneo; pueblos migratorios caracterizados por su reasentamiento y asimilación por los pueblos que conquistaron.

[15] Sociedades nómadas, dedicadas al pastoreo del rebaño (cabra y camello, sobre todo) y, en menor medida, al comercio en el desierto arábica donde la vida era difícil (escasez del agua y otros recursos), por lo que la pertinencia y lealtad a una tribu era fundamental para la propia supervivencia. Las tribus árabes se sustentaban en estructuras fuertemente patriarcales.

[16] Tribu tracia de tiempos homéricos muy vinculada a las tribus griegas de las que asumió todas las aspiraciones helénicas. Durante el siglo IV a. C, Filipo II convirtió Macedonia en la principal potencia de Grecia. Su hijo Alejandro Magno (Alejandro III) conquistó la mayor parte del mundo conocido, inaugurando el Período Helenístico de la historia griega.

[17] El Imperio bizantino es también conocido como el Imperio romano de Oriente. A lo largo de su dilatada historia, el Imperio bizantino guerreó contra los sasánidas, normandos, búlgaros, árabes y turcos. Aunque su influencia en África del Norte y Oriente Próximo decayó como resultado de estos conflictos, el imperio continuó siendo una importante potencia militar y económica en Europa, Oriente Próximo y el Mediterráneo oriental durante la mayor parte de la Edad Media. 

[18] Abraham -ejemplo de fe en el judaísmo, cristianismo e islam- fue el padre de Ismael e Isaac, ancestros respectivamente del pueblo árabe de los ismaelitas y del pueblo de Israel por medio de Jacob, hijo de Isaac y nieto de Abraham, quien tuvo doce hijos que fundaron las doce tribus de Israel. Es el progenitor biológico de los judíos y el padre del judaísmo, el primer judío; en el cristianismo, es el progenitor espiritual de todos los creyentes judíos o no judíos5​6​ y en el islam es visto como un eslabón en la cadena de profetas que comienza con Adán y culmina en Mahoma.

[19] Llegados a la Tierra Prometida, el patriarca, familia y rebaños, empujados por una hambruna en Canaán, emigraron a Egipto donde fueron bien recibidos y, no mucho después, expulsados.

[20] Las religiones abrahámicas son las creencias monoteístas que reconocen una tradición espiritual identificada con Abraham y se refieren -colectivamente- al judaísmo, cristianismo e islam, a las que se suman en ocasiones otras como el bahaísmo, los samaritanos, los mandeos y los drusos. El movimiento rastafari también tiene raíces abrahámicas.

[21] Inscripción triunfal en arameo, localizada en Galilea y realizada con toda probabilidad en la época del rey arameo Hazael de Damasco, a finales del siglo IX a.C. En ella se localiza el nombre de David y su dinastía fuera del contexto bíblico. Corroboran el relato bíblico del Segundo Libro de los Reyes.

[22] El sitio de Tel ‘Eton, ubicado entre la Sefelá -entre los Montes de Judea y la llanura costera- y el monte Hebrón, en Israel, fue un centro administrativo judaíta importante de la Edad del Hierro. La mayoría de los especialistas identifican Tel Eton con la bíblica Eglón, una ciudad cananea que fue conquistada por los israelitas según el libro de Josué.

[23] Cartas de Amarna. Tablillas de arcilla alrededor de 1350 a. C., archivos de correspondencia diplomática donde se detallan cuestiones como los envíos de los reyes de Jerusalén y otros reinos dominados, encontradas en el siglo XIX en Amarna, nombre moderno de la ciudad de Ajerjatón

[24] La Estela de Merneptah, también llamada Estela de la victoria o Estela de Israel, es una losa de granito gris, erigida por el rey Amenhotep III e inscrita más tarde, en el reverso, por el rey Merneptah para conmemorar su victoriosa campaña militar en tierras de Canaán hacia el 1210 a. C.

[25] Según el Diccionario de la Santa Biblia, de W. W. Rand (Ed. Revisada. Grupo Nelson, 2006),  la Biblia fue escrita en los años 1491 aC y 96 dC.; y el Génesis fue el primero.

[26] Lugar del desierto occidental de Negev , Israel , al noroeste de Beersheba y a unos 20 km al este del mar Mediterráneo, en la orilla norte de Wadi Gerar. Durante la Edad del Bronce Medio II fue uno de los centros urbanos más grandes de la zona.

[27] Israel Finkelstein (1949); Arqueólogo y académico israelí, director del Instituto de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv y corresponsable de las excavaciones en Megido (25 estratos arqueológicos, que abarcan 7000 años de historia) al norte de Israel. A él se deben las más importantes contribuciones a los recientes datos arqueológicos sobre los primeros israelitas: First Israel, Core Israel, United (Northern) Israel, 2019. 

[28] Escultura de piedra caliza negra con escenas en bajorrelieve e inscripciones que conmemoran las hazañas del rey Salmanasar III, que reinó en Asiria entre los años 858 y 824 a.C. Son 20 escenas en relieve, cinco por cada lado, que representan a cinco reyes ofreciendo tributos. Aparece mencionado por primera vez un personaje bíblico, el rey Jehú (o Joram) de Israel.

[29] Piedra de basalto negro, que muestra una inscripción de Mesa, rey moabita del siglo IX a. C., alrededor de 850 a. C., como un registro y recuerdo de sus victorias en su revuelta contra el Reino de Israel, que emprendió tras la muerte de su gobernante, Ahab.

[30] El Museo Británico conserva la Crónica Babilónica ABC1 que es una serie de tablillas de arcilla escritas en cuneiforme acadio que narra la campaña de Sargón II sobre Samaria que también está escrito en los muros del palacio de Khorsabad.

[31] Deportaciones continuas de los judíos. ¡Si llego a olvidarte, Jerusalén, que se me seque la mano derecha! ¡Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no te pongo, Jerusalén, por encima de mi propia alegría! Salmos 137:5-9

[32] Ptolomeo Sóter, uno de los cuatro generales que se reparten el imperio de Alejandro Magno; se queda en Egipto. Los otros tres fueron Parmenión, Seleuco Nicátor y Antígono Monóftalmos

[33] Del territorio que se adjudicó Seleuco Nicátor, otro general de Alejandro Magno

[34] Rey de Judea, Galilea, Samaria e Idumea entre los años 37 a. C. y 4 a. C.6​ en calidad de vasallo de Roma. En Roma, el Senado, de forma no prevista por Herodes, le nombró "rey de los judíos". Flavio​ Josefo sitúa este acontecimiento en el año del consulado de Gneo Domicio Calvino y de Gayo Asinio Polión (40 a.C.), pero Apiano lo sitúa en el año 39 a.C.

[35] En la Guerra de los Judíos, escrita en griego en el siglo I por el judeorromano Flavio Josefo entre los años 75 y 79 cuenta la sublevación de los grupos judíos de zelotes y sicarios para liberar la provincia de Judea de la dominación romana. Los sicarios asaltaron Masada por sorpresa y degollaron a la guarnición romana apostada en la fortaleza situada en la cumbre amesetada de una montaña aislada en la región oriental del desierto de Judea, próxima a la costa sudoccidental del mar Muerto, en el Distrito Meridional de Israel. En la revuelta Sólo subsistían tres fortalezas desafiantes al poder romano: Herodión, Maqueronte y la propia Masada, que acogió a grupos de refugiados de Jerusalén, y desde la cual se lanzaron numerosos asaltos contra unidades romanas y aldeas judías durante los dos años siguientes. Al final, ocho campamentos romanos rodearon la fortaleza y se decidió construir una rampa para asaltarla. La rampa alcanzó unos 196 m de base y 100 m de altura, con un 51 % de pendiente. Unos tres meses después de haberse iniciado su construcción, y siete meses después de iniciarse el asedio, la rampa fue finalmente finalizada en la primavera del año 73 y al asaltar la fortaleza se encontraron que todos los moradores se habían dado muerte entre sí antes de caer prisioneros y ser vendidos como esclavos.

[36] Etapa negativa, dolorosa. Vivir en galut es vivir el desarraigo, sentirse alienado, extraño y perseguido. (en “El exilio y la diáspora: ¿Israel sin templo?”, de Miren Jvnkal Guevara Llagunq, profesora agregada del Departamento de Sagrada Escritura, Facultad de Teología, Universidad de Granada. (2012)

[37] El emperador Constantino I, en el siglo IV, levantó la prohibición.

[40] En el año 326, la madre de Constantino, Santa Elena, visitó Jerusalén y ordenó la destrucción del templo de Adriano de Venus, que había sido construido en el Calvario.​ Acompañada por Macario de Jerusalén, en las excavaciones que ordenó se “descubrió” la Verdadera Cruz, la Santa Túnica y los Santos Clavos. Por ello, la primera Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, la primera Iglesia de la Natividad en Belén y la primera Iglesia de la Ascensión al Monte de los Olivos fueron todas construidas durante el reinado de Constantino.

[41] Por aquellos años, dividida en tres: Palestina Prima (Judea, Samaria, Paralia, y Perea), Palestina Secunda (Galilea, el Valle del Bajo Jezreel, las regiones al este de Galilea y la parte occidental de la antigua Decápolis) y Palestina Tertia (con el Néguev y la mayor parte del Sinaí, incluyendo Petra), que también era conocida como Palestina Salutaris.

[42] Como refleja el Itinerarium Burdigalense escrito por un peregrino franco, de Burdeos.

[43] Dinastía árabe cristiana, vasalla y aliada del Imperio bizantino cuyos miembros pertenecían a un clan de la tribu árabe Azd, en Yemen del sur y llegaron hasta el desierto de Siria en el año 250. Los Gasánidas prosperaron económicamente y emprendieron obras públicas y religiosas; también patrocinaron las artes. Fueron derrocados por los musulmanes en el siglo VII, después de la batalla de Yarmuk. Su poder real, sin embargo, había sido destruido en la guerra anterior, durante la invasión persa de 614. 

[44] Insurrecciones durante los siglos V y VI en la provincia de Palaestina Prima, lanzadas por los samaritanos contra el Imperio bizantino. Estuvieron marcadas por una gran violencia en ambos bandos, y su brutal represión a manos de los bizantinos y sus aliados gasánidas redujo gravemente la población samaritana.

[45] Umar ibn al-Jattab, del clan Banu Adi fue el segundo de los llamados califas ortodoxos. Combatió en un primer momento contra Mahoma y los fieles de la nueva religión, pero más tarde, en el año 615, se convirtió al islam y llegó a ser uno de los compañeros y lugartenientes más fieles del profeta. A la muerte de Mahoma en 632 ayudó a Abu Bakr a ser elegido sucesor, y a su vez Abu Bakr lo designó como su sucesor dos años después. La tradición judía les atribuyó el permiso a los judíos para ingresar a Jerusalén en peregrinación, permitiéndoles adorar la ciudad.

[46] Acuerdo entre una población cristiana subyugada y los invasores musulmanes liderados por Umar Ibn Al-Khattab

[47] Los Yund era distritos militares; en el siglo XI desaparecieron.

[48] A ciertos grupos se les otorgó la consideración de ahl al-kitab/gentes del Libro, seguidores de las religiones que, en parte, compartían un corpus de escrituras o doctrinas con el Islam. Por ese motivo se les consideraba dignos de mayor respeto que quienes practicaban otras creencias consideradas idólatras, como el politeísmo o el animismo.

[49] Creyentes de religiones abrahámicas o monoteístas, que vive en un país islámico

[50] Entre los siglos XI y XIII, en Oriente Próximo/Levante Mediterráneo, los europeos crearon por las armas los llamados Estados Latinos de Oriente, Estados Cruzados o Reinos cristianos. Surgieron a raíz de la primera cruzada: el Condado de Edesa (en la Anatolia turca; 1098-1144), el Principado de Antioquía (en Siria, desde la costa al interior;1098-1268), el Condado de Trípoli (Líbano; 1104-1288), el Reino de Jerusalén (Israel; 1099-1291, fecha de la conquista de la ciudad de Acre) que tenía varios señoríos vasallos (Principado de Galilea, condados de Jafa y Ascalón, Señorío de Transjordania y Señorío de Sidón). Finalmente, señalar la existencia del reino armenio de Cilicia, previo a las Cruzadas y el más duradero (1078-1375).

[52] Los judíos fueron bien tratados en Al-Ándalus, experimentando una Edad de Oro entre los años 900 y 1100, en el Califato de Córdoba. También eran aceptados en la corte de algunos reyes cristianos, como en la de Alfonso X.

[53] Eran los únicos a quien les estaba permitido prestar diner3o con interés, (algo prohibido a los católicos por la Iglesia), algunos judíos se convirtieron en importantes y conocidos prestamistas.

[54] Moisés ben Maimón, más conocido como Maimónides (1138-1204); judío sefardí cordobés considerado uno de los mayores estudiosos de la Torá en época medieval. Ejerció de médico, filósofo, astrónomo y rabino en al-Ándalus, Marruecos y Egipto.

[55] En la Gesta francorum ('Gesta de los francos') una crónica de la Primera Cruzada escrita en latín hacia 1100 por un autor anónimo (normando o italiano) que participó en la misma y que formaba parte del ejército cruzado reclutado por Bohemundo de Tarento en 1096 en el ducado de Apulia se detalla que "los cruzados desencadenaron una terrible matanza de hombres, mujeres y niños, musulmanes, judíos e incluso los escasos cristianos del este que habían permanecido en la ciudad; la carnicería fue tan grande que nuestros hombres andaban con la sangre a la altura de sus tobillos".

[56] A comienzos del verano de 1096, un ejército alemán de los nobles Gottschalk, Volkmar, y Emicho se dirigió hacia el norte, siguiendo el Rin, en dirección opuesta a Jerusalén, para comenzar una serie de asaltos antes de dirigirse a Hungría.

[57] En 1187 Guido de Lusiñán, el último rey de Jerusalén atacó en Hattín y fue derrotado por Saladino quien puso sitio a Jerusalén el 20 de septiembre de 1187. Sin tropas para defenderla, los cristianos se vieron forzados a abrirle las puertas el 2 de octubre.

[58] Enfrentamiento militar decisivo en la historia de Oriente Medio que se libró el 24 de agosto de 1516, cerca de la ciudad de Dabiq (Siria, cerca de Alepo).La batalla fue parte de la guerra de 1516-17 entre el Imperio Otomano y el Sultanato Mameluco, que terminó con una victoria otomana y la conquista de gran parte del Medio Oriente.

[59] Subdivisión administrativa del Imperio Otomano; nivel de provincia.

[60] Subdivisión administrativa del Imperio Otomano: nivel gobernación o región.